La decada prodigiosa

   
     Permitidme, amigos, que hoy me acuerde de mi padre, que murió en el año del Mundial de España, dejándose en un cajón un cenicero de Naranjito que nunca llegó a estrenar, y que nunca, en sus 64 años de vida, vio al Barça ganar una Copa de Europa.
     Ayer, yo, que me acerco peligrosamente a esa edad en la que él se marchó, ya he visto ganar a mi Barça, a nuestro Barça, 5 orejonas, de las de color, de las que se han visto por televisión, de las que hay que ganar a los mejores de Europa.
     Y he elegido ese título porque en 2004 llevábamos sólo una, la de Koeman ante la Sampdoria, y desde entonces hemos levanrtado 4 Champions más, y 7 ligas, al margen de 3 copas del Rey e innumerables supercopas de España, europeas y hasta 2 Mundialitos.
     Diez años que han supuesto la coronación de un equipo, de un estilo, de unos valores, de una impronta que no desaparecerá, porque ya ha pasado a la historia, y se ha instalado en ese Olimpo en el que los dioses aceptan sólo a unos pocos elegidos.
     Hay quien piensa que se trata de ganar, de fichar a todos los que destacan, de ganar como sea, de ir a lo criminal si por lo civil(y ese por lo civil a veces abarca cosas que no se pueden demostrar pero que huelen) no es bastante. Y mientras no lo entiendan, podremos seguir siendo de los pocos inquilinos de ese Olimpo de la memoria.
     Ayer, el Barça de Lucho logró de nuevo el triplete, ayer nos hizo estallar de felicidad, y en la despedida de Xavi(oh capitán, mi capitán) volvió a hacerlo, volvieron a demostrar que somos los mejores del mundo, que este equipo es irrepetible, que estos diez últimos años han sido maravillosos.
     Del partido, poco hay que decir. Un principio espectacular del Barça que consiguió un gol, un penalti no señalado, una expulsión de Vidal no señalada(y eso que hizo méritos para 4 amarillas en media hora) y como tantas veces, demasiado perdonar para encajar en el único momento de ataque italiano el empate, lo que hizo estallar de júbilo a muchos de mis vecinos(que mutó a silencio tras el partido)

     Luego, Messi(siempre, Leo) se hace con el balón lanza un zapatazo y Suárez, el tipo más inteligente en el área, adivina el rechace y lleva la Champions a Barcelona.
     El turco alargó 5 minutos que acabaron siendo 7 y en el último segundo Neymar nos dió un empujón a la euforia, se ganó un hueco en la historia y elevó su nombre como máximo goleador de la Champions, compartido con Messi.
     Y para mayor satisfacción, leer cosas como las que vomitan algunos ¿periodistas? de bufanda ayudan a disfrutar aún más de la victoria, de la celebración.
     Ver en televisión a ex árbitros y ex jugadores(ambos madridistas) escupiendo su bilis(un día se ahogan en directo y se convierten en trending topic) con el odio en la mirada, hacen que mi sonrisa apruebe la oposición a carcajada.
     Qué felicidad poder ser del Barça, disfrutar de la superioridad de nuestro equipo y de estos 10 maravillosos años, que no hubieran llegado sin tantos héroes anónimos que lucharon, cuando era imprescindible ser "mès que un club" para que nos dejaran ser algo en un país en el que sólo estaba permitido ser del Real Madrid, en el que tenía que ganar el equipo blanco, con una televisión española entregada en cuerpo y alma a los de siempre, unos años en los que todo estaba, también en el fútbol, "atado y bien atado" y sólo nos quedaba el "segur que tomba, tomba tomba" como esperanza de futuro.
     Desde 2005 hasta ayer, 7 ligas y 4 Champions más 2 mundialitos. Por compararnos con el siguiente en España, 3 ligas y una Champions y 1 mundialito en el mismo período.
     En mi calle sigue oliendo a Napalm desde anoche. Y mira que me encanta este olor.
PD: Este es el altar del amigo Farnesio.Queda inmortalizado en estas páginas