Revista Psicología

La decepción del desconocimiento

Por Corazón Virtual @corazonvirtualB

Nombre.- Manuel Merino

Edad.- 41

País.- España.

Mi relación, la cual aseguro que fue real, con una ex-senadora fue la siguiente. Nos conocimos virtualmente una noche de Diciembre por facebook, a través de un conocido común. Ese conocido, estaba en un proyecto en el que me pidió ayuda y en el que ella colaboró, a raíz de ahí empezamos a escribirnos por esa red, a llamarnos y más tarde a whastappearnos, así pasamos casi un año en el que virtualmente nos acercamos mucho, hasta el punto de llegar a intimar telefónicamente, hasta que una noche de Septiembre, nos pudimos conocer en persona.

La relación, que duró dos años, digamos que fue clandestina, a escondidas entre Madrid, su piso de Valencia e incluso Murcia, dado que ella es casada y con dos hijos, así pues me tocó ser el otro, no me importaba, sentía que de cualquier otra manera tenía más que perder, que ganar. Nos vimos varias veces en Madrid, de hotel en hotel, y siempre reservados, por mi, o por un amigo que sabía de la relación, y de otras anteriores, y posteriores que ha tenido y tiene ella extramatrimonialmente. Llegué a conocer a su familia, siempre en el papel de amigo claro, e incluso conocí al, como ella le llamaba, el padre de sus hijos.

Lo bonito de todo aquello, de lo que no me arrepiento en absoluto, aunque hoy creo que no lo repetiría, fue lo bien que se dio todo entre nosotros, sobre todo en la intimidad, sexualmente nos entendimos bien, ella siempre dispuesta, porque necesita el sexo para sentirse normal dentro de sus enormes limitaciones físicas, de ahí que haya tenido y tenga tantas relaciones fuera de la pareja de la que hoy está separada, que no divorciada, porque ha metido en su casa a su actual, digamos pareja. Lo peor, aunque no lo creas, no fue ser el otro, eso me dio igual, y pude haber seguido así otros dos años tranquilamente, lo peor fue todas las mentiras de las que me enteré tiempo después de haber dejado la relación. Terminamos muy bien, siendo super amigos, pero una llamada que me abrió los ojos me hizo ver que no la conocía en absoluto.

Resultó no ser lo que creí, vi que no la conocía realmente, era mentirosa y hasta déspota con su asistente personal a la que amenazó mil veces con romperle el contrato y dejarla en la calle, e incluso con denuncias falsas por maltrato, se aprovechó de su extranjería y de que no tenía a nadie aquí para hacerle la vida imposible. Supe que con su actual “pareja” empezó mientras “el padre de sus hijos” estaba grave en el hospital por un infarto, y a día de hoy vive con esa pareja a la que impone a sus hijos que no lo quieren, al pequeño le obliga a darle un beso sin que este quiera, y la mayor, vive con su abuela materna, porque no quiere estar bajo el mismo techo que el hombre con el que vive su madre.

¿Qué aprendí de la relación?, a no confiar plenamente, a no darlo todo ciegamente, a no implicarme 100% en algo tan inestable. Como digo, no me arrepiento, pero si se diera algo así de nuevo, no lo repetiría, al menos no de la misma manera.

A quien piense en iniciar una relación a distancia, le diría que la distancia en si, es lo de menos, si cualquiera de los dos, o los dos, se puede desplazar, lo difícil es la persona, hay que conocerla bien, estar seguro de que te quiere, y no eres un momento sexual más, como me pasó a mi.

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