Lo mismo creéis que no me acuerdo ya de vosotras y que por eso escribo menos. Nada más lejos de la realidad. Me acuerdo y mucho pero es que ¡no me cabéis en la agenda!
No me he olvidado de que me comprometí a enseñaros fotos de la Comunión de los Compritas. Hoy me meto con la decoración y los detalles y a lo largo de la semana intento preparar un post sobre la ropa que llevaron.
Realmente la celebración de los niños ha sido igual que la de la niña pero en otro color. Si con María todo fue rosa, ya que era su color favorito en aquel momento, la comunión de los niños ha sido del Barça y eso que ellos son del Real Madrid. La razón es que
el color favorito de Íñigo es el azul y el del Mindu es el rojo.
No sé si recordáis que, hace tres años, encargué a Ana Bags todo lo que necesité para organizar la Comunión de María. También recordaréis que Ana falleció unos meses después. Pues, en homenaje a la buena de Ana, tuve claro desde el primer momento que los molinillos, pinchos, pegatinas, pompones, etc. se los encargaría a su amiga Mavi que es quien se ha hecho cargo de su trabajo.
¡Qué bien hice! La de cosas que me mandó, que bonitas todas y que bien hechas.
No faltaron en la Comunión de los niños las galletas de Marisa de Doirelu. Hace tres años estaba empezando y ahora ya tiene un “emporio”. Echad un vistazo porque hace cosas ideales y riquísimas. Marisa me mandó tres tipos de galletas. Un niño rubiales por el Mindu, otro moreno por Mini-Romay otras con el dibujo de los recordatorios que me hizo Irene de De Capricho y que quedaron espectaculares. Os los enseño en el próximo post. En Facebook ya os enseñé las galletas y la preciosa nota que las acompañaba y que me hizo llorar de emoción.
Las fotos no son exactamente como a mí me hubieran gustado y es que, antes de que me diera tiempo a fotografiar todo, el Mindu y sus amigos se dedicaron a explotar todos los globos que habíamos colgado en los árboles. Eran globos rojos, azules y blancos lo que confería al lugar un aspecto “4 de Julio” en el que lo único que se echaba en falta era al Señor Tom Cruise. Además, aunque yo dejé indicado que en cada cubito de Ikea había que meter un tipo de chuche, llegado el momento los responsables de la “Operación Chuches” decidieron hacer “popurrí”.
Pero os voy a confesar una cosa, hace unos años esto me hubiera importado muchísimo pero el otro día no me importó lo más mínimo pues lo importante era ver la cara de felicidad de mis hijos y a ellos, os lo puedo asegurar, no les importó nada que las chuches estuvieran mezcladas.
Os dejo las fotos no sin antes dar las gracias de todo corazón a Mavi, Marisa e Irene por lo bonito que lo hicieron todo. Y a Jose y sus chicos porque, como siempre, nos sentimos como en casa.
A ver qué os parece:
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