Todas las personas del planeta, con excepción de los gemelos idénticos, son genéticamente únicas. Por supuesto, los genes de cada una codifican todas las proteínas necesarias para la vida, pero la suma total de todos los procesos bioquímicos varía considerablemente de persona a persona.
Una de las consecuencias de la individualidad bioquímica genéticamente determinada es que diferentes personas tienen cuantitativamente diferentes necesidades nutricionalmente importantes de minerales, vitaminas, aminoácidos esenciales, etc.
En su libro “Individualidad bioquímica” el bioquímico y pionero de nutrición Roger Williams demostró que los requisitos para cualquier nutriente determinado pueden variar de persona a persona en un factor de cinco o más. Dado el gran número de genes que afectan a los procesos metabólicos, es probable que todos los seres humanos tengan al menos algunas necesidades nutricionales que caen fuera del rango llamado normal. Estas necesidades excepcionales pueden ser debido a diferencias en la digestión, absorción, excreción, patrones de enzimas u otras causas.
La individualidad bioquímica puede explicar por qué los ensayos clínicos no encuentran nutrientes eficaces para la prevención de enfermedades. Estas pruebas suelen incluir participantes elegidos al azar y prueban los nutrientes en cantidades consideradas adecuadas para la mayoría de la gente. Los participantes con necesidades medias para el nutriente en cuestión pueden tener esa necesidad satisfecha a través de su dieta, además de los suplementos que podrían tomar por su cuenta. Para ellos, la terapia nutricional no confiere ningún beneficio adicional.
Para las personas con necesidades especiales, por otro lado, la dieta sumada a los suplementos diarios, además de la terapia nutricional podría no ser suficiente para alcanzar niveles de nutrientes terapéuticamente eficaces, es decir los niveles necesarios para garantizar el funcionamiento correcto.
Los nutrientes esenciales son sustancias que el cuerpo no puede hacer de ninguna forma o no puede hacer en cantidades adecuadas. Dado el lamentable estado de la dieta de hoy, es más que probable que muchas de las enfermedades crónicas referidas al estilo de vida sean el resultado de deficiencias dietéticas y por eso requieran intervenciones dietéticas. Las necesidades nutricionales insatisfechas más pronto o más tarde darán lugar a problemas de salud.
La ciencia de la nutrición ha hecho enormes progresos desde que el libro de Williams fue publicado. Ahora se reconoce que la conexión entre el gen y el nutriente es un camino de ida y vuelta. No sólo los requerimientos de nutrientes dependen de la individualidad genética sino que los nutrientes a su vez son cruciales para la estabilidad del genoma, actúan como antioxidantes y como co-factores para las enzimas involucradas en el metabolismo y la reparación del ADN. De hecho, el daño causado al genoma incluso por moderadas deficiencias de micronutrientes iguala al daño hecho por factores ambientales como químicos carcinógenos o radiación.
La fuerte caída en el costo de la secuenciación de genes ha permitido evaluar a los pacientes individuales sobre los biomarcadores de vulnerabilidad a las deficiencias de micronutrientes en el ADN, prescribir una terapia nutricional adecuada y evaluar el efecto de la terapia sobre la estabilidad del ADN. En lugar de diagnosticar y tratar las enfermedades causadas por daños en el genoma, se puede identificar y prevenir a nivel nutricional la causa fundamental de la iniciación del desarrollo de una enfermedad degenerativa del genoma.
Por supuesto, todavía es necesario que las personas aprendan a cuidar de sí mismas o de toda la terapia génica habrán sido en vano.