Dos caras de la misma moneda y dos caras con doble cara.
¡Abolir los aranceles! Era la demanda de Donald Trump ante los miembros del G7 en su reunión en Canadá.
“Al final eso es lo que uno quiere”, dijo. “Quieres que no haya aranceles. No quieres barreras. Y no quieres subsidios. Porque hay algunos casos en los que países están subsidiando industrias y eso no es justo”.
Esto luego de imponer aranceles al acero del 25% y del 10% al aluminio contra la Unión Europea, México y Canadá.
Por otro lado AMLO ante las promesas de ser “autosuficientes” e impulsar la industria interna, promete una “zona libre fronteriza” bajando los impuestos a la mitad y subiendo el salario mínimo a la mitad. Esto mencionado en una carta dirigida al actual presidente estadounidense Donald Trump. Con ello se motivará a las empresas extranjeras a seguir invirtiendo en la franja fronteriza, dejando quizá de lado la industria interna que el futuro presidente quiere impulsar.
El partido republicano es conocido por su ideología de libre mercado, pero ante los aranceles impuestos por Trump, y el proteccionismo a su industria interna; queda muy lejos de ese liberalismo económico, incluso el ex presidente Barack Obama era más pro libre mercado que Donald Trump y dista mucho de lo que fue el ex presidente Ronald Reagan con su paraíso económico en la década de los 80’s gracias a su libre mercado.
Tanto Andres Manuel Lopez Obrador como Donald Trump se proclamado disgustosos por el tratado de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá. Trump reclama que esto le ha quitado fuentes de trabajo a los estadounidenses debido a que sus empresas prefieren invertir en México ya que es más barato en dicho país. AMLO se ha opuesto a tal tratado debido que gracias a eso se importa más de lo exportado, las empresas mexicanas son mínimas comparadas a las estadounidenses y el salario a los trabajadores son bajos.
Pero realmente ¿quién se ha beneficiado de tales medidas? La respuestas es: los consumidores de ambos países. Cuando la gente va al supermercado en Estados Unidos no le importa de donde venga el tomate que se llevarán ese día o de donde viene el aguacate para hacer su guacamole mientras ve el Superbowl, sólo les importa que sea barato, cuando un mexicano va a la tienda Apple, no le importa que esa marca no sea mexicana, mientras satisfaga una necesidad o deseo. El lugar de procedencia no importa, mientras el consumidor esté dispuesto a pagar por ese bien o servicio.
¿Realmente debe México ser autosuficiente? ¿Y si producir un kilo de arroz en México es más caro que exportarlo desde China? El mexicano terminará pagando más por productos de uso frecuente con tal de que sea nacional.
Sin embargo ambos presidentes se han elogiado mutuamente y pretenden llegar a un acuerdo justo entre ambos países.
¿Qué le depara a ambos países? ¿Más proteccionismo o más liberalismo?