La demencia en España: Realidad actual

La población del mundo está envejeciendo progresivamente y España es uno de los países más longevos de Europa. Al envejecer y aumentar la esperanza de vida, se incrementan las enfermedades crónicas; como las del aparato respiratorio, los trastornos osteoarticulares y sensoriales o las del sistema nervioso, donde se incluyen las demencias.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, existen 5,6 millones de personas entre 65 y 80 años y 2,3 millones tienen más de 80 años. Esto supone un alto porcentaje de personas con mayor riesgo de padecer una demencia. La Confederación Española de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras Demencias afirma que en el año 2025 se duplicará el número de personas afectadas, lo que convierte a las demencias por su frecuencia y su naturaleza en un auténtico problema de salud pública en España.

Las demencias generan al sistema socio sanitario un alto coste, por el elevado grado de dependencia que generan, a lo que se debe unir que en la actualidad no existe tratamiento curativo. Es por ello que las administraciones públicas buscan desde hace años la colaboración con entes privados o profesionales especializados.

Para la mayoría de las demencias no existe cura, por lo que el objetivo del tratamiento suele ser la mejora de los síntomas, el alivio del dolor y el aumento de la calidad de vida. Debido a la amplia gama de áreas cerebrales que pueden verse afectadas por estas enfermedades, cabe destacar la repercusión que tienen sobre todas las facetas de la persona, ya sea personal, familiar, social, laboral…

Es en este punto donde se vuelve imprescindible la atención especializada a las personas que padecen una demencia, ya que tanto el enfermo como su entorno deberán convivir con la patología durante varios años, precisándose conforme avancen los síntomas de más y más específicos cuidados. La demencia está causada por un trastorno cerebral y como resultado se afecta gravemente la capacidad de la persona que la padece para llevar a cabo sus actividades cotidianas de manera independiente.

No es una enfermedad específica como tal, sino un conglomerado de síntomas. Por ello realmente, se conoce como “Síndrome Demencial”.

Alguno de los síntomas que producen la pérdida de autonomía personal característica de la demencia, son:

• Incapacidad para resolver problemas.
• Deterioro cognitivo (en lenguaje, atención, cálculo, praxis…).
• Incapacidad para el control de las emociones.
• Cambios en la personalidad.
• Pérdida de memoria.

Los primeros síntomas de la demencia se observan varios años antes del diagnóstico clínico, y en ocasiones se atribuyen a otras causas (envejecimiento, estrés, estado anímico deprimido, falta de atención…); sin embargo el diagnóstico temprano va a posibilitar que se comience precozmente con el tratamiento (farmacológico y no farmacológico) y que se apoye al cuidador.