Revista Comunicación

La democracia imperfecta

Publicado el 19 octubre 2012 por Lobolupus

El tópico es decir que la democracia es el menos malo de los sistemas de organización social. Lo evidente es que este planteamiento es simplemente una reducción simplista que expresa la incapacidad de la sociedad de gobernarse colectivamente de un modo justo, libre y equitativo, siendo el actual sistema democrático occidental lo mas parecido al concepto de democracia ideal.
La democracia, aquella idea asamblearia donde la soberanía era ejercida de modo directo en imitación de los agorás atenienses, no existe, dado que el poder no reside en la practica en la totalidad de sus miembros y la toma de decisiones no nace de la voluntad expresada en las urnas como expresión de la voluntad colectiva de los miembros. Existe, en todo caso, una democracia representativa, donde un subconjunto de representantes es electo previamente por agrupaciones de votantes y partidos y estos y solo estos son los llamados a ser representantes indirectos del pueblo, con el agravante que los programas electorales no son vinculantes. En ocasiones, incluso con democracia aparente, la separación de poderes planteada por Montesquieu, es ignorada siendo unos poderes sino claramente controlados si elegidos por los electos representativos.
Ademas el voto, el acto de selección de representantes indirectos suele estar manipulado, tanto por la publicidad engañosa como por la toma de posición irracional y sobre todo, por intereses espurios al gobierno de la nación.
La democracia occidental, malfunciona con una serie de carencias, casi mejor deberíamos decir, problemas que la pervierten de raíz y cualquier modificación organizativa tendente a solucionar estos problemas, implica la destrucción de propio concepto democrático o al menos de su misma alma.
El primer problema es una masa votante ignorante.
La democracia imperfecta.Plantear un mínimo de instrucción para el ejercicio del voto, implica dejar de tener una democracia universal para ser una democracia de clase o elitista. Pero lo cierto es que existe una masa votante ignorante que actúa a golpe de timón de creencias muchas veces erróneas, no nos referimos a creencias políticas sino a parámetros que se escapan de toda lógica, sin entrar en particularidades o anecdotas, creemos que es vox populi que el acto del voto esta para muchas personas condicionado por creencias derivadas a una ignorancia absoluta del sistema electoral.
Esta situación de ignorancia del votante sobre el uso de su voto en las estructuras políticas se denomina oclocracia, de la cual ya Aristoteles advirtió que seria uno de los pilares de la degeneración de la gestión publica. No solo Aristoteles si no muchos pensadores han advertido de este fenómeno de la tiranía de las mayorías incultas manipuladas por partidos políticos o poderes fácticos.
En nuestro pensamiento occidental, el pensador que mas advirtió de este peligro, fue, como no, un ilustrado, Rosseau, pero otros como Hobbes advirtieron de este riesgo que hoy en día esta totalmente asentado. Hobbes, planteaba el concepto del voto de la muchedumbre, entendiendo esta como el voto confuso, irracional e injuicioso derivada del convencimiento que la muchedumbre es manipublable y esta viciada, no asi el individuo.
Esta tesis, parece compensarse con la idea que los votos manipulados e irracionales pueden ir a tantas opciones políticas como se presenten a un acto electoral. En realidad esto no es muy realista, dado que la manipulación social afecta mas a los mas ignorantes y son estos los mas sensibles a ser manipulados por lo que la muchedumbre de Hobbes puede inclinarse a votar a las candidaturas que no tengan demasiados escrúpulos de usar tecnicas de engaño masivo.
Quizás para tener mas democracia habría que tener en cuenta quien o quienes pueden votar y en base a que, ¿Es posible poner un limite al voto en relación a la formación suficiente para entender la causa efecto de su acto?. En mi opinión sería una visión retorcida de lo que debería ser una democracia.
Pero la oclocracia instalada en nuestra sociedad no parece ser el mayor problema, lo cierto es que la participación ciudadana, no solo es de baja calidad si no que es impuntual, indirecta, escasa y con consecuencias distintas al objeto del voto.
Llegamos pues al segundo problema que es la contaminacíon de la democracia por parte de intereses ajenos.
A nuestra sociedad oclocrática se le ha unido la plutocracia de los mercados, de la financiación ilegal de los partidos, marcando políticas desde el chantaje a favor de los que ostentan las fuentes de riqueza, plutocracia que ha conseguido rendir al otro mal de la democracia, la partitocracia, que es una deformación de los sistemas parlamentarios.
Por lo tanto no existe democracia en el sentido puro de la palabra, lo que si existe es una tupida interrelación de poderes, que algunos emanan del voto y otros no, que compensándose unos a otros dan lugar a una situación de sociedad enferma. Una sociedad donde es mas importante la jurisprudencia que la justicia, las formas que la verdad, el mantenimiento opaco de monarquías y clero que la ciudadanía, el puritanismo más que la expresión de los sentidos, del tener más que el necesitar, aparentar mas que ser.
Lo grave del asunto es que el encastillamiento de estos usos solo tienen la salidas en el desmantelamiento de los poderes del estado, quizás en contra del ciudadano, abandonándonos a una sociedad anarquica.
Nos encontramos en el tercer problema que se resume en la carencia de una visión de regeneración democrática.
No hay salida en el modelo constitucional actual, no solo de España si no de los países que han evolucionado de un sistema feudal con señores y vasallos, que pasando por el concepto decimonónico de capitalistas y obreros ha derivado en la situación actual de poseedores del capital y supervivientes y estos segundos despojados de la condición de ciudadano al no poder costear los poderes que le mantienen este estatus..
Las tesis liberales de desmontar el estado, son una forma de garantizarse que la oclocracia contaminada de intereses privados, no nos afecte demasiado, pero se corre el riesgo de desmontar una perversión de la democracia para caer en la plutocracia de las corporaciones.
Un inciso, ¿Por que corporaciones y no multinacionales?, por que en corporaciones también se incluyen entidades con personalidad jurídica cuyo objeto teórico no es ganar dinero, aunque a veces, muchas veces, si es el objetivo real y no el aparente, hablo como corporaciones, no solo de empresas multinacionales, si no de señores de la guerra, jefes tribales, religiones, gremios, sindicatos, clanes e incluso nacionalidades y etnias.
Las corporaciones son un peligro igual o mayor que la estupidez humana en una democracia. Por ello es necesario que el pueblo vuelva a ser soberano, a tomar las riendas de las decisiones colectivas, como cantaba Víctor Manuel “no necesito de un tutor prefiero equivocarme yo”.
Si nuestra democracia no tiene salida digna, llegamos al cuarto problema: reinventar la democracia.
Conociendo ya los defectos de la democracia ¿Como lograr una mayor participación social que mitigue tanto las presiones corporativistas, religiosas, partidistas o el voto inconsciente?
Sería necesaria una redefinición de el actual sistema y no nos sentimos capaces de alumbrar uno, no puedo pretender estar a la altura de Cicerón, Jefferson, San Martin, Garibaldi, Adenauer, o Monnet.
¡Mas democracia!, frase que suena estupendamente, implica mas decisiones colectivas que coartan la libertad individual, pero es evidente que es preferible mas democracia que no oclocracia salpimentada de partitocracia y plutocracia o que una anarquía comandada por las corporaciones.
Sigue pues siendo la democracia el menos malo de los sistemas.
Se trata pues, de dos pilares a reestructurar, el primero es colocar la raya entre la decisión colectiva e individual que garantice el equilibrio entre los derechos de la humanidad y los individuales y la segunda imaginar una nueva democracia para gestionar eficientemente la parte colectiva de la sociedad.
Una vez, escuche una tesis sobre lo que se tendría que legislar y lo que no se tendría que legislar. Era una tesis sencilla. Lo que el 10% de la población pensara que debería estar permitido era materia a legislar siempre en posiciones aperturistas y nunca en posiciones negativistas y solo se tendría que prohibir aquello realizado sin consentimiento, desconocimiento o engaño del afectado o terceros.
¿Como podemos ahondar en mas democracia?
Pensemos, hoy en día con una tarjeta de plástico desde cualquier sitio del mundo podemos acceder a las cuentas bancarias ¿Por que no puedo votar las propuestas de mi parlamento?
He consultado las tesis de los partidos y las tesis de los movimientos sociales y sindicales, todas ellas, se enfocan en el movimiento de esa raya hacia lo colectivo y lo privado, pero no encuentro ningún movimiento social que ahonde en la gestión de la democracia bajándola al pueblo votante. Realmente no existe partido político o movimiento que pretenda ahondar en esa democracia mas directa. ¿Realmente es tan difícil?. ¿Existe algún modelo de redefinición de la democracia?
Lo máximo que podemos encontrar fue la tesis de la fundacional del capitalismo sobre bases éticas, que Sarkozy propuso en el año 2008, ”le laissez faire, c'est fini", proclamó, “Hay que refundar el capitalismo sobre bases éticas, las del esfuerzo y el trabajo, las de la responsabilidad, porque hemos pasado a dos dedos de la catástrofe", advirtió. Sin embargo, esta declaración quedo en nada y mucho me temo que sería difícil extrapolarla.
Es necesaria, pues, una tarea de redefinición del estado, de la democracia y de la interacción con corporaciones, empresas, ciudadanos y resto de naciones y esto no puede mas que salir de las ruinas de la civilización, cual ave fénix que resurge de sus cenizas, del mismo modo que el nuevo régimen surgió de las cenizas del antiguo, el estado del bienestar de las cenizas de Europa y el neo-capitalismo del derrumbe de los estados socialistas soviéticos.
Para refundar la democracia ¿Estaríamos dispuestos a deconstruir nuestra sociedad?.
La única solución.
Sin esa decostrucción de la sociedad, solo nos quedaría como opción, el retorno a los orígenes de la democracia, sumiendo el voto de la masa erróneo, generando una mayor participación olocrática de los ciudadanos, el referéndum directo sobre cuestiones básicas que preocupan a la ciudadanía, convirtiendo al parlamento en mero proponedor de leyes y acciones y devolviendo la decisión al voto directo rompiendo de este modo la actividad de los parlamentos y gobiernos que muchas veces actúan con desprecio de sus representados.
Sin embargo, un parlamento popular, una papeleta sobre un SI o un NO sobre decenas de cuestiones, podría dar al traste con logros sociales modernos, posiblemente leyes como el matrimonio homosexual, el aborto o el derecho de huelga podrían verse abolidos con un voto popular. No hay mas que escuchar en nuestras cafeterías y mercados la baja cualificación y las opiniones de una mayoría silenciosa que justifican la pederastia clerical a la par que condenan a unos obreros en huelga. Mayoría silenciosa que se mueve a golpe de impulso o de tensiones mediáticas muy alejadas de la reflexión necesaria para gobernar una sociedad.
Vuelve el concepto ahora de república con lineas rojas, como imperio de la ley que mantuviera a raya un voto ciudadano anti libertades, lineas rojas que separarían la decisión de la parte colectiva de las leyes de la parte personal de las mismas. Dando poder al pueblo para la gestión colectiva pero nunca de las libertades individuales. 
Para acabar, quiero recordar una frase de Verne: “No son continentes nuevos los que hacen falta a la Tierra, sino otros hombres” (20,000 leguas de viaje submarino, cap XIX)


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