GABRIELA DEL MAR RAMÍREZ
El pasado 14 de de abril, nuestra democracia fue sometida a una nueva prueba. El pueblo venezolano se volcó masivamente a las urnas electorales en un marco de paz y civismo, ratificando su compromiso con la convivencia solidaria y con la vía electoral como la forma de dirimir las diferencias. Por su parte, las instituciones del Estado cumplieron a cabalidad las responsabilidades que les atribuyen la Constitución y las leyes, garantizando todas las condiciones necesarias para la libre expresión soberana de nuestro pueblo. Especial reconocimiento merece el Consejo Nacional Electoral y todos sus trabajadores y trabajadoras, dada la entereza y convicción demostrada en el cumplimiento de su misión y el innegable éxito de esta histórica jornada comicial. Lamentablemente, la nota negativa de este proceso la caracterizó una dirigencia opositora que se apartó de las reglas de la democracia, negándose a reconocer al Presidente electo por la mayoría del pueblo, sin disponer de los elementos y evidencias que pongan en duda los resultados emanados del ente rector. La convocatoria de sus seguidores a la calle, bajo la creación de una falsa expectativa de triunfo no puede sino calificarse como una acción absolutamente irresponsable. Las consecuencias del comportamiento antidemocrático de la cúpula opositora saltan a la vista. Al menos 9 personas fallecidas, decenas de heridos, así como diversos centros de asistencia médica, de expendio de alimentos y medios de comunicación asediados o afectados en su infraestructura, son sólo parte del saldo negativo de una espiral de odio y violencia, inoculada intencionalmente con la complicidad de algunos medios de comunicación. Desde la Defensoría del Pueblo asumimos el compromiso público de documentar todas estas vulneraciones a los derechos fundamentales de la población, y nuestro informe Elecciones 2013 dará cuenta de la información recopilada en el terreno por nuestros defensores y defensoras en todos los estados. Dicho documento es un aporte no sólo para contribuir a establecer las responsabilidades correspondientes sino también para llamar a la reflexión y abogar por que prevalezca la paz y el respeto a los principios democráticos en nuestro país. Gabriela del Mar Ramírez @gabrieladelmarpRevista América Latina
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