Veo un escenario en el que dentro de unos años la generación eléctrica centralizada se haya vuelto obsoleta, un ecosistema de micro-generación distribuida y cuyos dueños son los usuarios.
Seremos dueños de nuestra propia energía, y esto ya no podrá usarse como arma ni fuente de recaudación de los poderes políticos y económicos.
Esta afirmación puede parecer radical, pero se basa en las siguientes observaciones:
La subida del coste de la generación centralizada
La generación eléctrica centralizada, basada en su mayor parte en economías de escala de combustibles fósiles, vive un crecimiento de los riesgos asociados a su modelo de negocio.
Así, está sufriendo un constante incremento de materias primas, que con total seguridad no bajará. Además, hay una tendencia a subir los impuestos y costes adicionales que debe sufragar el consumidor.
Algunas tecnologías como la nuclear y la hidroeléctrica generan rechazo social allá donde se implantan, lo cual ha elevado los costes financieros debido al incertidumbre de los proyectos. En el caso de la nuclear, es necesario un aval del estado en muchos casos. Por si esto no fuera poco, los macro-proyectos de generación energética suelen pasarse del presupuesto inicial.
El avance de las tecnologías de micro-generación
Casi no pasa un día en el que se anuncian avances en tecnologías alternativas, menos centralizadas, de micro-generación.
Además una demanda creciente abre estas tecnologías a los beneficios de coste de las economías de escala.
Es especialmente llamativa la cantidad de tecnologías relacionadas con la energía solar que se están desarrollando y que prometen costes, impactos ambientales y flexibilidad nunca vistas hasta ahora.
La solar fotovoltaica tiene un periodo de amortización cada vez menor
Esto depende sobre todo de la cantidad de irradiación de la zona geográfica. Sin embargo las tecnologías de autoconsumo tienen una enorme ventaja sobre la generación centralizada:
La energía de autoconsumo tiene un valor de minorista, la centralizada de mayorista.
Si bien en el marcado mayorista el kWh producido se paga a un precio bastante reducido, para el usuario final ese kWh tiene el valor del precio final, con costes de infraestructura, impuestos, peaje y de generación incluidos.
Así, si la energía solar fotovoltaica vale 12c en el mercado difícilmente puede competir con la generada por centrales de gas (6c) pero si que resulta rentable ese coste para el usuario final.
Valorando la energía producida al precio final que paga el usuario, sale un periodo de amortización menor a diez años (llegando incluso a menos de cinco) dependiendo de dónde viva.
Esto es un retorno sobre la inversión de entre el 10-20%.
Cada vez los productos que consumen energía son más eficientes
El tema de la eficiencia da para hablar un rato, ya que no proporciona siempre una reducción del consumo. Pero si asumimos realmente nuestras necesidades energéticas y decidimos no aumentar sino reducirlos, las nuevas tecnologías de eficiencia hacen que necesitemos cada vez menos potencia para suplir nuestras necesidades.
Piensa que hasta hace poco el mayor gasto eléctrico para las familias era en iluminación. Ahora si instalas bombillas con tecnología LED puedes cubrir todas las necesidades de iluminación con una placa solar y una batería ridículamente pequeñas, baratas e incluso arcaicas.
Esto lo he comprobado en mi propia casa, y los resultados han sido asombrosas.
Producir tu propia energía es liberalizador
Además de las ventajas económicas, el modelo de producción propia distribuida hace a los usuarios menos dependiente de las grandes compañías eléctricas.
Es un sistema más robusto ante cortes de suministro -un gran problema en ciertas zonas-. Por ultimo da al usuario un control absoluto sobre el tipo de energía que usa, de forma que no depende de la disponibilidad de energías renovables en el mercado.
Una gran amenaza al modelo de negocio tradicional
Hay una serie de actuaciones de grandes compañías eléctricas que denota cierto miedo a la generalización de los renovables de autoconsumo. No sería descabellado pensar que saben muy bien que la bajada exponencial de los costes de estas tecnologías pone en peligro todo su negocio.
En Españistan en concreto parece haber una encrucijada contra la producción fotovoltaica: se cancelaron las subvenciones de forma retroactiva llevando a la quiebra casi todas las empresas del sector. También la ley que regula el autoconsumo se debería haber salido hace meses y no acaba de ver la luz.
Las acciones promovidas por el gobierno en este sentido van claramente contra la directiva europea y solamente responden a los intereses de las grandes compañías energéticas.
El sector de las renovables debe esforzarse en comunicar que para muchas personas y empresas, ya es rentable generar su propia electricidad, sin subvenciones de ningún tipo.
En el caso de conexiones nuevas a la red que requieren una infraestructura adicional de distribución, hoy por hoy no tiene ningún sentido pagar cantidades de cuatro y cinco cifras cuando puedes invertirlo en tu propia instalación.
Por ejemplo, cuando hace unos años pedimos precio varios vecinos que estábamos a 500m de una central hidroeléctrica, conectarnos nos habría salido a más de 6.000€ por cabeza. Y desde hace más de una década nos apañamos muy bien con una instalación fotovoltaica obsoleta que supuso solo 3.000€ de inversión.
Para finalizar, una pregunta: ¿sabes el periodo de amortización de una instalación de autoconsumo autónoma para tu hogar o empresa? Si no es así, tal vez te sorprendas con el resultado.
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