
- Doña Mercedes - le digo a la señora que se parapeta tras la sábana de la camilla en Preanestesia - soy la Dra Jomeini, la residente de Anestesia.Para Doña Mercedes, como si soy la Duquesa de Alba. 88 años y un Alzheimer en grado moderado me contemplan. Me sonríe y, entonces, me doy cuenta de que todavía lleva puesta la dentadura postiza. - Doña Mercedes, tiene que quitarse los dientes - solicito, suavemente.- Quítatelos tú, no te fastidia - me responde.- Pero...-contesto un poco confusa- Es que los míos son míos.- Anda - se ríe - Y los míos también. Que para eso los pagué, niña.- No,no, no me entiende. Los míos son fijos. No me los puedo quitar. Y además - digo, para zanjar el tema de mis dientes - usted se los tiene que quitar para poderse operar.- Pues no me opero. Pero los dientes no me los quito ni muerta.- Doña Mercedes, que es un riesgo innecesario que usted se quede con la dentadura postiza. Que se los puede tragar, puede dificultarnos el dormirla...- Que no, que no y que no - rabia ella, como si tuviera 3 años.En ese momento, la Dra Vibropower, mi adjunta de hoy, asoma la cabeza.- ¿Qué pasa?¿Por qué te retrasas?- Es que no quiere quitarse los dientes -lloriqueo, como Susanita cuando me dice: "Ha sido él".- A ver, Doña Mercedes - le espeta a la paciente con voz de teniente coronel - ¡Los dientes fuera, ya!Doña Mercedes, obediente, se quita la dentadura postiza y nos regala una sonrisa desdentada.
Estoy pensando seriamente en llevar a la Dra Vibropower a mi casa para que conozca a mis hijos.
