El análisis de la afiliación gallega a la Seguridad Social en el último año muestra un aumento del 2,15 %, frente al 3,5 % en España, reflejo de la tradicional estabilidad de la estructura productiva gallega, que soporta mejor las crisis en relación con la media estatal, pero a cambio le impide beneficiarse de todas las ventajas que traen las épocas de bonanza.
Yendo al estudio de afiliación por actividad, este muestra algunos datos significativos a la hora de opinar sobre si estamos o no en la antesala de un cambio de ciclo en términos de empleo. Primero, la recuperación de la construcción más inmobiliaria: conjuntamente crece su afiliación un 13,2 % y, a diferencia de la década pasada, no es la edificación la fuente de empleo, sino la especialización técnica: asesoramiento, instalaciones y mantenimiento.
Hostelería y alojamiento aumentan un 8,6 %, muestra del buen momento del turismo en la comunidad; y el transporte mantiene una dinámica positiva (4,6 %). En la industria, solo motor y fabricación metálica presentan una dinámica laboral expansiva (5,5 y 4,7 %, respectivamente), mientras el textil muestra cierto agotamiento, con una caída del 2,1 %.
Sin embargo, los servicios públicos siguen siendo el gran sostén laboral en la comunidad, con un incremento de la afiliación en el sector del 23,2 %. Y ello plantea una duda: ¿Qué sería del mercado de trabajo gallego sin el efecto de la contratación pública? Sí, hay síntomas de revitalización del empleo, pero todavía no si hablamos de consolidación: excluyendo las actividades públicas, la economía privada gallega apenas alcanza las 15.000 nuevas afiliaciones.
Publicado el 16/01/2018 en La Voz de Galicia
OCTAVIO DEL CAMPO
PROFESOR DE ECONOMÍA DE LA UDC. GRUPO COLMEIRO