Revista Atletismo

la depresión del corredor (no tan) popular

Por Corroyexisto

Son multitud los motivos que nos pueden llevar a comenzar a correr: quitarnos sobrepeso, combatir el estrés, la insistencia de algún amigo, por buscar nuestros límites, etc. Pero sea cual sea lo que nos conduce al running todos coincidimos en lo mismo: después de un par de sesiones acabamos enganchados.

La euforia inicial, acompañada de una rutina de entrenamientos más o menos constante, nos hace mejorar de forma rápida… empezamos corriendo 3 minutos, después 10, un cuarto de hora, ¡media hora!! Hasta alcanzar el principal objetivo de todo popular ¡¡correr una hora seguida!!

Es en ese instante es cuando ya nos consideramos corredores, contamos las hazañas ha familiares y amigos, nos apuntamos a infinidad de carreras, en nuestro vocabulario fluyen palabras como series, cambios de ritmo, pronación, amortiguación, frecuencia cardíaca, etc, mientras nos vamos convirtiendo en los héroes de los que nos rodean, somos el ejemplo a seguir. Esta motivación y el hecho de no disponer de una buena base física previa nos permite mejorar con cierta facilidad y rapidez y que cada vez vayamos buscando más velocidad y distancia hasta llegar, en muchos casos, a participar en una maratón.

Ya sea por haber terminado una maratón o conseguido bajar de 47 minutos en 10km, hacia el año y medio/ dos años (depende de nuestro nivel y ritmo de entrenamientos) comienza la etapa más dura para un runner popular. Ahora ya es más complicado rebajar nuestras marcas o correr más distancia, necesitamos entrenar más y mejor, y eso no siempre es posible. Aquí es donde aparece la depresión del corredor ya no tan POPULAR que falto de objetivos concretos o resultados satisfactorios puede entrar en una fase de estrés que le lleve a dejar, incluso, la práctica del running.

Para evitar esta situación hemos de buscar de forma constante nuevas motivaciones que no tienen porque ir acompañadas de correr más o más rápido. Planificar el año con antelación e incluyendo nuevos y diferentes objetivos nos ayudará a no sentirnos en tierra de nadie. Podemos intentar que algún amigo perezoso se venga a rodar con nosotros, apuntarnos algún club para conocer gente y compartir experiencias, hacer del running una excusa para viajar y conocer nuevas ciudades, buscar carreras diferentes (montaña, por equipos, orientación,…) e incluso, ¿porque no? buscar mejorar nuestros tiempos, pero siempre siendo coherente con nuestras posibilidades. No olvides que lo más importante es correr por el simple hecho de correr, porque nos gusta y porque nos divierte.

Hay mil razones para calzarse las zapatillas y salir a correr ahí fuera, el cronómetro es, tan sólo, una de ellas.


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