Revista Salud y Bienestar
Los seres humanos son capaces de producir nuevas células nerviosas a lo largo de toda la vida, el proceso de neurogénesis no solamente persiste, sino que además está altamente regulado por aspectos como el ejercicio físico, el ambiente o determinadas situaciones, lesiones o patologías. Las situaciones como depresión y estrés tienen un efecto de reducción de la neurogénesis y, por extensión, del funcionamiento cognitivo. Asimismo, se produce una reducción dramática del número de células con la edad. Por el contrario, el enriquecimiento ambiental y el ejercicio físico pueden aumentar el crecimiento de nuevas células en el hipocampo, una estructura cerebral esencial para la formación de memoria, los cambios de ambiente y entorno tienen un efecto muy profundo sobre la neurogénesis, y el ejercicio físico aumenta tanto el número de neuronas como la tasa de maduración de las células. Hay una correlación lineal entre distancia recorrida y el número de nuevas neuronas no es necesario realizar una maratón para ello, sino simplemente caminar. En la práctica, se aprecia una correlación significativa entre el aumento de la neurogénesis y el incremento de la capacidad cognitiva, de aprendizaje o de memoria y actualmente se investiga cuales son los mecanismos moleculares que la controlan con el fin de plantearse nuevas posibilidades terapéuticas basadas en la reparación del tejido cerebral dañado que se consideraban imposibles.