España necesita hoy a una Margareth Thatcher mas que la necesitaba aquella Inglaterra de los años 80, acomplejada, caótica y dominada por el mas absurdo y antidemocrático de los izquierdismos. La Thatcher demostró que con menos Estado los hombres y mujeres son mas libres y prósperos y que las naciones, sin la agobiante y pervertida tutela de los gobiernos de izquierda, suelen ser más felices y ricas. La España actual padece los mismos vicios que aquella Gran Bretaña que la Thatcher transformó: demasiado Estado, arrogancia del poder, sindicatos sobredimensionados, partidos políticos sin controles democráticos, mentiras institucionalizadas, corrupción galopante, clientelismo, falta de libertades, marginación del ciudadano y desprecio del individuo frente a la masa. ---
La mayor contribución de la recién fallecida Margareth Thatcher a la política inglesa y universal fue hacer del Estado una institución al servicio del ciudadano, erradicando comportamientos que hacían del gobierno y de la clase política amos y señores de una ciudadanía devaluada y postergada. La "dama de Hierro" cambió el enfoque y la esencia de la derecha británica, acomplejada, que seguía las pautas de la socialdemocracia y se había convertido en intervencionista, estatalista y poco amiga de las libertades, y convenció a los conservadores de que otra política, basada en menos Estado, mas libertad individual y menos tutela agobiante al ciudadano, era posible.
En España, donde Rajoy se parece tanto al socialista Zapatero que tiene confundidos y desesperados a los ciudadanos y a sus propios votantes, es necesario que llegue una liberal como Thatcher, que demuestre que el socialismo siempre fue una estafa y que existe una forma distinta y mas libre de gobernar a un pueblo en democracia. Sin la llegada de una Thatcher, la derecha y la misma España están perdidas porque tanto el PP como el PSOE no saben gobernar sin reprimir las libertades, sin marginar al ciudadano y practicando a diario vicios típicos de la izquierda antidemocrática, como la mentira, el clientelismo, la arrogancia y la aniquilación del individuo frente a la sociedad y la muchedumbre difusa.
Aunque Rajoy, como buen actor acostumbrado a mentir y simular, alabe la figura de la primera ministra británica fallecida, el sabe que la Thatcher no hubiera dado un penique por un político como él. Rajoy es un personaje que pertenece, política y culturalmente, a aquella derecha británica que la Thatcher despreció y aniquiló, sustituyéndola por una derecha al servicio del ciudadano, no dueña y señora del Estado y de los ciudadanos, a los que trataba como siervos. Basta mirar el resultado de las encuestas, con la corrupción pública como segundo gran problema y con los políticos como cuarta gran preocupación ciudadana para advertir lo necesaria que resulta una Dama de hierro española que erradique la arrogancia, la corrupción y el poder sin controles cívicos, que vuelva a la derecha como un calcetín y que coloque al ciudadano en el centro del universo político, como establece la verdadera democracia.
A pesar del "mote" despectivo "Dama de Hierro", que le pusieron los comunistas, la Thatcher era cien veces mas humana, decente, popular y demócrata que políticos españoles como Zapatero y Rajoy, ni ella se hubiera puesto jamás al lado de los bancos y en contra de los ciudadanos, como han hecho sus "colegas" españoles, en el conflicto de las participaciones preferentes, una estafa practicada, con la indiferencia y hasta la "bendición" del Estado, contra decenas de miles de jubilados y pequeños ahorradores españoles, a los que les han robado sus ahorros, todo un "crimen" que ensuciará y degradará la política española por muchas décadas.