Revista Cómics

La derrota del lobo

Por Mugen

La narrativa en los videojuegos es curiosa. Cuando el que vive la historia interactúa de una manera tan absoluta en un mundo, ésta puede adoptar múltiples formas. De la obviedad absurda a un silencio documentado, los videojuegos tienen mil modos de contarnos una historia. Capaces de transmitir una tristeza total a través de los ojos de un lobo herido que tan solo defiende la tumba de su amo

wolf

Los que me sigáis en twitter, ya sabréis que estoy muy loco con el Dark Souls. Incluso llegó a mí “The Cave”, título de Double Fine al que le tenía muchas ganas, y jugué a él todo lo rápido que pude para volver a la oscuridad del título de From Software. Porque después de jugar a Dark Souls, no sé qué pasa, que lo demás te sabe a poco.

Esto es algo que te dirá mucha gente: Dark Souls no es increíble porque mueres mucho, tampoco por su diseño, combates, leveleo o lo que sea. Dark Souls es mágico por cómo ese mundo árido, jodido, místico y extraño es tan duro contigo como lo es con la vida de los personajes que en él viven. No voy a realizar ningún spoiler sobre Artorias del Abismo ni sobre su fiel lobo gris  Sif, quizás la pareja donde más se muestre este amor procedente de un destino cruel, eso es un placer que corresponde descubrir a cualquiera que haya tenido la maravillosa idea de adentrarse en las tripas de este juego (gracias @acejosele), pero sí sobre el combate que se tiene de este último, con el enorme lupino.

Un videojuego es una aventura en la que uno no toma realmente decisiones, está como movido por los hilos del destino a avanzar en su misión. Claro que puedes decidir apagar la consola y jugar a otra cosa, pero no lo haces, sigues avanzando. Si te obligan a abrir fuego contra la cabeza de tu maestra en un campo de flores blancas, lo pasarás mal, pero lo harás. Si te obligan a hacerte putadas a ti mismo, pensarás que es duro, pero lo harás. Si te incitan a luchar contra un enorme lobo, también lo harás.

Dark Souls tiene la  insana  de hacerte hacer cosas desde la desinformación, al menos a medias; porque tú puedes enterarte de las cosas, puedes decidir por donde llevar tus pasos, puedes  hablar y leer; pero nadie te informa de que realmente puedes hacerlo. En el juego se habla de un gran guerrero, del famoso Artorias, guerrero a priori vencido por el abismo. Se habla de su tumba, situada en el fondo del más oscuro bosque y se dice que un gran lobo gris le protege. Hasta aquí todo bien.


 
Ahora, el jugador. Dark Souls es un juego que te pone en clara desventaja con el mundo. Eres un puto loser desde que empiezas a jugar… hasta que comprendes las mecánicas, hasta que aprendes donde farmear (gracias, descacharrantes guías de frikadasmil.com), hasta que te dan consejos por donde caminar, cómo y donde armarte con la cola de qué dragón (gracias, extensas guías apócrifas de @acejosele con las que se podría realizar un generoso post), hasta que te cuentan la ruta exacta qué seguir (gracias, vídeos del andaluz darksoulero mas simpático del mundo, Gameplay Radical). Es entonces cuando empiezas a mejorar, a aprender de verdad a jugar y a no perderte cosas de otro modo IMPOSIBLES de saber qué están allí. Toda esta información, además de enseñarte, te da una valiosa lección: siempre hay algo más.

Con eso, caminas por el oscuro bosque, atraviesas a un gato que te habla de la tumba del gran guerrero Artorias. Llegas a ella y te encuentras una imponente espada clavada en la tierra. Tras ella una tumba, la del gran guerrero. Tú sólo llegas allí en busca de un tesoro, necesitas un anillo para atravesar el abismo.

Tocas la espada maravillado por su tamaño. De repente, un enorme lobo que oculta a la misma luna con su tamaño, salta desde la tumba y toma la espada con su boca. Y te ataca. Lo hace con toda su fuerza pero dejando muchos huecos en la defensa. No se protege, no se cubre, le da igual. Sólo carga contra ti como si fuera lo último que va a hacer en su vida. Te das cuenta entonces que entorno a la tumba de Artorias hay otras tantas. Te preguntas cuánto tiempo ha estado el lobo matando aventureros para defender a su amo, mientras sigue atacando con los ojos muy abiertos.

Le atacas, le minas la vida e insistes hasta que apenas le quedan fuerzas. Es entonces cuando el lobo baja la cabeza. Herido y a rastras, camina hacia ti e intenta volver a atacarte. Te preguntas qué sucede. Ningún otro enemigo había mostrado “debilidad” en el juego, ese matiz de profundidad ¿Por qué entonces sí lo hace Sif, el gran lobo gris?. Lo acabas matando sin comprender si estás haciendo bien o mal. Cuando lo rematas te alegras y lo publicas en twitter. Entonces @sokomizer te responde:javisokomizer

…Y todo cobra sentido. Porque es muy distinto imaginarte este desenlace a que te digan lo triste del momento y a saber, por foros que lo que ha pasado entre tú, el lobo y Artorias tendrá consecuencias en el futuro del título. Pero Dark Souls no te dice nada, sólo te deja a la deriva en un mundo triste, áspero y gris. Y ésa es su grandeza.


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