La economía mundial ha entrado en una constante desaceleración desde el año 2021, pronunciada principalmente por el repunte de COVID 19 durante ese, el aumento de la inflación, la deuda y la desigualdad de ingresos. Esto puede poner en riesgo la recuperación de las economías emergentes y que están en pleno desarrollo.
Según el informe de perspectivas económicas mundiales publicadas por el banco mundial, se espera que el crecimiento mundial se desacelere notablemente, de un 4,1% en 2022 al 3,2% en 2023.
El aumento de la inflación influye en esta desaceleración
El aumento de la inflación afecta a los trabajadores de bajos ingresos y limita la política monetaria. A nivel mundial y en las economías avanzadas, la inflación ha alcanzado las tasas más altas desde el año 2008 y en los mercados emergentes ha llegado a la tasa más alta desde 2011
La consecuencia principal de esto es que, para contener las presiones inflacionarias, muchas economías emergentes y en desarrollo han comenzado a retirar las medidas de apoyo mucho antes de que se complete la recuperación.
Pronostico a futuro
En las economías emergentes y en desarrollo se espera que el crecimiento caiga y a un 4,4 % para el año 2023, para ese año, las economías avanzadas habrán logrado recuperar por completo su producción; no obstante, en las emergentes y en desarrollo, está se mantendrá un 4 % por debajo de la tendencia anterior a la pandemia.

