Imaginaros por un momento que en menos de 10 años desaparecieran todos los hayedos y robledales de de la cordillera cantábrica; que sin darnos cuenta, todos los árboles de gran porte se esfumaran como por arte de magia y en su lugar solo quedara un cesped ralo y quebradizo. Muy probablemente la noticia ocuparía la portada de todos los periódicos y en los telediarios, las imágenes de los montes pelados competirían con las del rescate financiero o con la última tristeza de Cristiano Ronaldo.
Playa de Porcía, año 2000. Rocas totalmente cubiertas de algas pardas (Julio Arrontes)
Playa de Porcía, año 2009. Las algas pardas han desaparecido (Julio Arrontes)
Pues esta imagen desoladora no es ciencia ficción, sino que es una realidad que está ocurriendo actualmente en todo el Cantábrico, pero no en los montes sino en los fondos marinos. Las algas pardas, como las Laminarias, que hace poco más de una década formaban densos bosques submarinos que proporcionaban cobijo y alimento a cientos de especies de animales, han desaparecido de nuestras costas. Y otras especies de algas pardas como el Fucus serratus y el Fucus vesiculosus, han seguido el mismo camino. En el Área de Ecología de la Universidad de Oviedo, varios investigadores llevan unos cuantos años trabajando sobre este tema y las conclusiones de sus estudios son contundentes.
Número de mareas por año en las que la Tª superó los 20ºC (Judith Rojo & Julio Arrontes)
¿A que se debe este declive y sobre todo, cómo se ha producido tan rápido?. La respuesta está relacionada con el aumento de las temperaturas de las aguas cantábricas como consecuencia del cambio climático. Las algas pardas son especies abundantes en latitudes septentrionales ya que la temperatura de crecimiento óptimo se encuentra entre los 15 y los 18ºC. Cuando las temperaturas superan esos límites, el crecimiento se reduce o incluso se detiene, por otra parte, la tolerancia térmica de estas algas es mucho más estricta durante el periodo en el que se fijan a las rocas, por lo que las temperaturas elevadas pueden reducir drásticamente el reclutamiento de nuevas algas y por consiguiente la regeneración de esos bosques de algas. En los últimos años, y tal como se puede observar en el gráfico anterior, el número de mareas en las que la temperatura superó los 20ºC aumento drásticamente, lo que ha dado lugar a unas condiciones ambientales intolerables para este tipo de algas.
El resultado es que los bosques submarinos de kelp, como se conoce a las laminarias en inglés, han desparecido casi completamente del mar Cantábrico, y sólo permanecen algunas machas muy reducidas en algunos lugares concretos. En su lugar, otras especies de algas, más resistentes a las temperaturas elevadas están ocupando su lugar. Pero este problema no afecta sólo al Cantábrico, sino que se extiende a las costas de Francia y Gran Bretaña e incluso ha llegado a algunos lugares de Escandinavia.
Las algas pardas son un componente fundamental de los ecosistemas marinos costeros, ya que además de proporcionar refugio y alimento a numerosas especies de animales marinos, son los principales productores primarios de estos ecosistemas. La desaparición de estos bosques de algas podría significar un cambio radical en la estructura y funcionamiento de nuestro litoral, de cuyas consecuencias probablemente seamos testigos en los próximos años.
Referencias
Lamela-Silvarrey C., Fernández C., Anadón R., Arrontes J. (2012). Fucoid assemblages on the north coast of Spain: past and present (1977-2007) Botanica Marina, 55, 199-207 DOI: 10.1515/bot-2011-0081