No tendría sentido hablar de caídas ahora, sin aceptar que previamente se produjeron subidas, las pérdidas actuales ocurren sobre la base de avances de años anteriores, el tiempo no es una línea recta, aquellas mejoras producidas durante la democracia redujeron desigualdades instaladas durante muchísimo tiempo, y ahora vuelven a aparecer rápidamente y con mucha fuerza. No es racional hablar de empeoramiento sin reconocer una situación anterior de mejoras, que aquí ocurrieron a partir de la Transición, en parte a contrapelo de las políticas neoliberales que se extendían por el mundo, aquellas mejoras salariales, educativas, sanitarias, de pensiones, de salario social en sus formas de renta básica, o de inserción… en comparación con nuestro pasado franquista, se consiguieron reducir las desigualdades durante los años en los que en Occidente se frenaba el estado de bienestar.
La lista de recortes y empeoramiento de condiciones de vida y trabajo es amplia, reducción salarial, más paro, peores condiciones de trabajo, precariedad, salarios que llevan a la pobreza, horarios, convenios, menor sanidad, recortes educativos para reservar las ventajas sociales que reportará a las familias pudientes, menos ayudas para dependencia, rebaja de pensiones, regresión en libertades civiles, de igualdad, justicia, aborto, laicidad,… estos cinco años han sido terribles, y el retroceso no ha terminado, ahora recortan el ahorro acumulado por las familias durante 35 años que fluye hacia los poderosos –pisos, garajes, pensiones, depósitos, fondos de inversión, coches,… lo acumulado en muchos años se liquida para ayudar a las familias precarizadas y regresa a manos de los ricos mediante la redistribución inversa actual por el mecanismo de los recortes y el pago de impuestos que cubren rescates de deudas privadas y públicas. Cuadros publicados por El País. Brecha social desde el comienzo de la crisis.