Cuando te quedas embarazada entras en el maravilloso mundo de los médicos: matronas por un lado, ginecólog@s por otro, enfermer@s, asesor@s de lactancia, pediatras, vamos, todo un elenco de personal sanitario para ti.
Si un médico cura, dos dudan... con tantos no es raro que todo se torne caótico y con problemas de comunicación, llegando a una desinformación sanitaria que fomenta tus miedos e inseguridades sobre lo que va a suceder con tu cuerpo y contigo.
Es verdad que hay varios talleres a los que asistir donde te proporcionan información sobre el parto y el postparto, pero ¿son suficientes? ¿realmente informan de lo importante?. La respuesta es NO. Se centran más en aspectos físicos del parto obviando la parte más importante, la psicológica.
Hoy hablo con Tamara, del blog Principesa de Preslav y escritora en la revista digital Yonocompropan. Ella ha vivido varias situaciones donde la desinformación sanitaria era tremenda llegando a poner una queja formal por ello.
Asististe a clase preparto, ¿te dieron información suficiente y relevante?
No, para nada.
En la Seguridad Social la parte de ejercicio físico estuvo muy bien, pero la parte de "educación" estaba totalmente dirigida a la ser la madre perfecta. Vendían que todo iba a ser maravilloso, hasta nos pusieron un vídeo del perfecto parto de una mujer muy elegante y maquillada que con un pedo parió su bebé de unos 6 meses de tamaño.
Me recordaba a la película " La sonrisa de Mona Lisa ", una universidad para crear abnegadas madres. Todo estaba enfocado a la LM, no se tenían en cuenta las dudas de mujeres que no esperaban dar el pecho (por enfermedad crónica o por temas laborales), la matrona decía "es cuestión de organizarse" o "pues te coges una excedencia" o, la que más me flipó, "te llevas el bebé al trabajo"... todo con el único fin de dar el pecho si o sí. ¿Quién puede permitirse llevar el bebé al trabajo hoy por hoy?
¿Qué consecuencias tuvo esa desinformación sanitaria en tu postparto?
Un fracaso total de la instauración de la lactancia materna. No solo por mis circunstancias, sino por la inoperatividad del personal sanitario durante los días que estuvimos ingresadas en el hospital. Una total falta de ganas e intención de dedicarnos cinco minutos de calidad para ver qué pasaba para que la niña no se cogiera al pecho.
Pero.. ¿en el parto te informaron de cómo iba transcurriendo o sucedió todo con una desinformación sanitaria?
Rellené mi plan de parto que, en teoría, deberían respetar. No puse ninguna cosa extraña, solo quería que se me informara de la situación y en caso de que ocurriera alguna cosa fuera delo habitual, nos informaran. La primera matrona que tuve me lo contaba todo con total naturalidad y me sentí segura y a gusto.
Con el cambio de turnos me tocaron dos matronas: la principal y la residente. Eran muy alegres sí, pero eran de esas personas que cuchichean mucho entre ellas. Pasaba algo, ellas lo comentaban en susurros, nosotros les escuchábamos, pero al preguntarles, sonreían y no nos contaban nada.
Después de dos horas empujando dónde llegué a desmayarme del esfuerzo, me hicieron parar y se marcharon, sin decir nos nada.
Resultó que había dos cesáreas de urgencia y solo una ginecóloga, por lo que nos tocaba esperar. Pero de esto nos enteramos ya después. Llegó allí la doctora, me abrió de pierna, me hizo una autopista, me metió un forceps y nació mi hija. Vamos, todo en la más absoluta desinformación sanitaria.
¿Te ha sucedido también con los pediatras y sus tratamientos?
En mi pueblo hay dos ambulatorios.
Durante el primer año compramos las dos vacunas fuera del calendario y se las pusieron. Al llegar el turno del pneumococo y la varicela, en el primer ambulatorio nos dijeron que no se ponían vacunas fuera del calendario de vacunación por orden de Osakidetza. Si queríamos ponérselas teníamos que ir por la privada.
En el segundo ambulatorio, al que nos cambiamos al mudarnos, nos pusieron las vacunas sin ningún problema. Es decir: mismo municipio, dos ambulatorios, mismo órgano regulador y dos formas diferentes de hacer las cosas.
Eso por no mencionar que unos te dicen que metas alimentos a los 6 meses, otros a los 4, otros que nada de mezclar frutas por las alergias, otros que no tiene nada que ver... y así con todo.
Me cuesta creer que habiendo un órgano que gestiona la sanidad, no ponga ciertas cosas en orden para que en todas partes se haga igual y no dependa de las creencias de los pediatras.
¿Por qué crees que existe tanta desinformación sanitaria?
Parece haber un empeño especial en no mandar a los pacientes a los especialistas y agotar su paciencia a base de ibuprofeno, como si fuera la panacea. Recortes en sanidad lo llamo yo.
Después de perder el embarazo, tuvimos que ir a revisión y ni siquiera lo que nos decía una ginecóloga tenía que ver con lo que decía la otra. Es absolutamente incomprensible.
Por supuesto, pusimos una queja de la que todavía no hemos obtenido respuesta, pero si sirve para que la siguiente mujer que vaya a pasar por eso sea atendida de otra manera, bien venido sea.
Yo, personalmente, estoy muy desencantada con cómo nos han ido las cosas en ese hospital cada vez que hemos tenido que ir y no vamos a volver. Tenemos seguro privado y confiaré en que me traten las personas que me ven todos los años para las revisiones.
Y es que cada vez ocurren más casos como los de Tamara, a la que agradezco enormemente compartir su experiencia conmigo. Tanto los médicos como el resto del personal sanitario deberían realizar un curso de empatía con el paciente para evitar este tipo de situaciones tan desagradables.
La desinformación sanitaria genera unas consecuencias psicológicas difíciles de superar en muchas ocasiones, y es que con la salud NO SE JUEGA.