El partido del Sr. Iglesias organizó en fechas recientes y frente a la puerta del Congreso, un acto en memoria del pequeño Aylan, ahogado cuando intentaba alcanzar las costas europeas. La imagen lo recoge en el momento en el que, el político solidario, enciende una vela en recuerdo del chiquillo, cuya imagen dio la vuelta al mundo.
En primer lugar, la zona elegida por los podemitas para su peculiar acto “in memoriam”, según los protocolos de la cámara, no puede sseer utilizada por los partidos para sus propias convocatorias.
En segundo lugar, la hipocresía de D. Pablo crece por momentos; en este mismo espacio hemos hecho autocrítica cuando nos referimos a la excesiva abundancia en la que vivimos (con la cantidad de comida que termina en la basura procedente de los grandes supermercados se podrían alimentar miles de familias) y entendemos que las cosas han cambiado poco en los últimos tres o cuatro mil años de historia; los esclavos griegos, que convivían con sus amos, son sustituidos actualmente por un tercer mundo que malvive en la miseria, mientras occidente nada en el exceso. El Sr. Iglesias se preocupa de un solo inmigrante, pero no propuso hasta ahora, que yo sepa, acto alguno en defensa y concienciación social de los miles de niños que diariamente mueren de hambre, por escasez de agua o contaminación de ésta, o por falta de medicamentos. Dicho en otros términos, el político progresista convoca actos en función de intereses partidistas y no sociales. No me extraña. Con tono mitinero se dirigió al Sr. Rajoy acusándole de estar influenciado por la Sra. Merkel o por el Ibex 35, mientras él se presentó como líder de la única formación que no se dejaba presionar por nadie; Irán o Venezuela son ejemplos de países que nada tienen con su formación y jamás los han influenciado. Cuando decía D. Pablo a sus entrevistadas que se cubriesen el escote, lo hacía por iniciativa propia, no por influencia ajena alguna, naturalmente…