La Deuda que nos esclaviza #2

Habiendo mencionado la deuda económica que tiene nuestro municipio, a continuación, me dispongo a hablaros de la deuda moral.
Es muy curioso como funciona la política (al menos en nuestro país), el pueblo elige a una "élite disciplinada y educada" para que los gobierne y represente sus intereses, pero sin embargo, es esta "élite disciplinada y educada", que llamamos políticos, la que nos esta robando y empobreciendo.
Yo no dudo que la mayoría de los políticos sean honrados, pero ese de usar el poder público como beneficio privado va acorde con la naturaleza humana, ya que históricamente ha sido siempre así. Y cuando menciono que yo sé que la mayoría de los políticos son honrados es, en mi opinión, porque estos políticos bien no han tenido ocasión de ser corruptos, bien no poseen suficiente poder político para que la corrupción sea rentable, o bien han sido perfectamente educados, otorgándole así el derecho a ejercer la política.
Díganme que legitimidad tiene un gobierno que desahucia. Porque si desahucian a las personas por "robar" a los bancos, ¿no habría que "desahuciar" al gobierno por robar a las personas? -Caso Bárcenas-
Pero no toda la culpa es de los políticos (aunque si la gran parte), ya que también tiene la culpa los medios de comunicación.
Si, los medios de comunicación también son culpables, ya que estos informan de desahucios casi diariamente y manifiestan su desprecio hacia el acto del desahucios, pero, ¿acaso informan que les pasará a esa familia desahuciada?. No, solo mencionan de pasada que se quedarán a vivir en casa de un familiar. Pero eso es obvio, muy pocas personas desahuciadas se quedan a dormir debajo de un puente. Lo que interesa decir aquí es que aun siendo desahuciados, deberán seguir pagando la deuda contraída con el banco a pesar de que esa casa en la que vivían será vendida en subasta pública, o simplemente vacía, y no podrán volver a vivir en ella.
Aunque parezca que hoy me he desviado del tema y que no me he centrado en nuestra ciudad, Motril, quiero concluir diciendo que la deuda moral contraída por el Estado hacia el pueblo solo podrá ser pagada con la modificación de la estructura del Estado al gusto de pueblo.