Revista Salud y Bienestar

La devaluación de la blogosfera sanitaria

Por Doctorcasado

La devaluación de la blogosfera sanitaria
En estos tiempos de crisis global todo sufre recortes. La blogosfera sanitaria también. En los últimos años se han desinflado o directamente desaparecido decenas de blogs y proyectos colaborativos de profesionales sanitarios usando herramientas de comunicación electrónica. ¿Tiene esto alguna transcendencia en un mundo tan lleno de noticias, voces e información? Sí, la tiene. Efectivamente cada vez recibimos más mensajes e información sobre salud por los múltiples canales a los que estemos conectados. Esto va a seguir creciendo en cantidad. Lo esperable es que merme la calidad y, lo que es más grave, aumente la información distorsionada o falsa. Quien tenga un asesor, experto o domumentalista (content curator) a quien preguntar podrá salir con éxito de sus búsquedas de información. Los demás se ahogarán  en una tormenta de opiniones en las que participarán desde familiares y vecinos, hasta la peluquera o la cajera del supermercado. Si le preguntamos a Google este coro de voces no hará más que aumentar.
Los profesionales sanitarios tienen una explicable pereza a la hora de producir contenidos sobre salud dirigidos a la ciudadanía. Salir del seguro circuito de las revistas científicas, médicas o de ámbito profesional expone a nuestros protagonistas a riesgos nada desdeñables. Cuando alguien publica cualquier cosa en la arena pública de Internet debe saber que le están leyendo por un lado su madre, abuela, pareja y por otro sus jefes y enemigos. Al mínimo traspiés lloverán las pedradas.
Mantenerse en la blogosfera y en las redes sociales es muy costoso para un profesional. Toca navegar en solitario muchas horas y son pocas las ocasiones en las que realmente se pueden hacer actividades colaborativas o grupales, menos aun las que permiten interacción social directa.  En los últimos diez años he participado en todo tipo de eventos innovadores con mayor o menor fortuna. En algunos he sido ponente en otros oyente. Dentro de los primeros he tratado de compartir mi experiencia personal en consulta y mi visión, dentro de los segundos ha habido de todo. Muchos eventos de este tipo terminan en humo sin aportar verdadera evidencia científica ni fundamento práctico. Esto quizá haya sido motivo para deshinchar la burbuja blogosférica sanitaria.
Las organizaciones sanitarias no se plantean la utilidad de incentivar a sus profesionales para que reviertan parte de su conocimiento y experiencia a Internet. No entienden el medio y les parece incontrolable por lo que le dan la espalda de manera vehemente y siguen enrocadas en páginas coyunturales de muy poco valor para la ciudadanía. Privan así a esta de una fuente de información muy valiosa. Un profesional de la salud público, sin consulta privada o intereses secundarios con alguna industria, es una referencia muy interesante a la hora de emitir información y criterio sobre salud.
Desgraciadamente no hay retorno de la inversión. Los que tenemos blog desde hace años lo sabemos. No al menos de forma pecuniaria. El retorno se produce en intercambios, relaciones, encuentros o en acceso a información o personas que de otra forma no ocurrirían. Pero esto no se puede monetizar y a la mayoría no le supone un incentivo interesante.
Nuestra ciudadanía deberá bregar en mares llenos de mentiras y sandeces vertidas por empresas e intereses que buscan vender algún producto o servicio. Entes de gran tamaño, que no racanearán en marketing ni en eficientes consultoras de comunicación, seguirán campando por sus respetos y haciendo caja. Salvo excepciones nadie se enfrentará a la marejada.
Quizá veamos alguna vez algún cisne negro capaz de emitir mensajes de salud de calidad que se hagan virales. Mientras tanto un servidor seguirá compartiendo su visión y reflexiones de manera sencilla y poco obstentosa, con la intención de aportar algún grano de arena de valor en el vasto desierto de ruido que nos rodea.


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