Portada impactante, título llamativo y un booktrailer que me gustó desde el primer momento. Resultado: me compré el libro y lo he leído en cuanto pude...
El autor de este thriller, Keigo Higashino, es un escritor japonés de enorme reconocimiento en su país, y que tiene en su haber varios prestigiosos premios como el Edogawa Rampo a la mejor novela negra, el Mystery Writers of Japan, el Inc. Prize a la mejor novela negra, el Honkaku Mystery y el Naoki 2006 a la mejor novela negra por esta novela que hoy os traigo, La devoción del sospechoso X, que viene avalada por la venta de más de dos millones de ejemplares en Japón y que es, además, la primera de sus obras traducida al español.
La preparación como ingeniero que tiene Higashino se percibe en la trama matemática, en la que todo parece girar en torno a la cuestión de las complejidades P?NP? que consiste en averiguar qué es más sencillo: hallar por uno mismo la respuesta a un problema o comprobar si es correcta la que ha hallado otro.
Keigo Higashino
A partir de ese momento el detective Kusanagi tendrá que ir confirmando las coartadas de los que pudieran ser sospechosos, como Yasuko o su hija, pero toda la investigación parece llevar a un callejón sin salida. Por fortuna su amigo, el físico Yukawa, profesor universitario al que llama Profesor Galileo, y que fue compañero de universidad de Ishigami, pondrá de nuevo la lógica al servicio de la resolución del enigma. Ishigami y Yukawa libran entre ellos un tour de force al más alto nivel.
Bento para llevar
Esta novela negra pertenece evidentemente al género pero supera la media con creces. Sabemos desde un primer momento quiénes son las asesinas, pero el misterio se cierne sobre cómo podrán eludir a la justicia. Como lector uno se posiciona claramente del lado de los sospechosos, aunque es consciente de que desconoce todos los datos. La policía y el profesor Yukawa van creando una tela de araña que te mantiene en vilo hasta el final. Un final, por cierto, sorprendente y que me ha encantado, no solo por la inteligente resolución sino por el toque emotivo y sentimental. Hay desde luego en la obra mucha devoción.El autor no se va en absoluto por las ramas, va a lo que le interesa desde el primer momento, sin rodeos y sin dar mucho margen a otro tipo de profundidades. El estilo es sencillo, claro y te dirige poco a poco hasta el objetivo final, sin dramatismos, más allá de la intriga en sí, en un ambiente de cierta frialdad, opresivo, y en donde es patente la tristeza, incomunicación y soledad del individuo.
Espero que pronto aparezca en español alguna otra de las obras de este autor. Aquí tienen una lectora segura.
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