De los tres genios que Cataluña le entregó al mundo durante el siglo XX sólo queda vivo y tronante en fechas como la Diada de este domingo el escritor, director y actor de teatro Albert Boadella, de 73 años.
Los dos anteriores fallecieron tiempo ha, Antoni Gaudí en 1926 y Salvador Dalí en 1989.
Pare usted de contar genios de esa parte de España, aunque el Institut Nova Historia, sostenido por la Generalidad, hace catalanes a El Cid, Colón, Leonardo, Erasmo, Santa Teresa, Cortés, Servet y tantos otros.
Ahora dice que Einstein también lo era, como la bandera estadounidense, Charles Chaplin, Juri Gagarin, John Lennon y Elvis Presley, que vive de incógnito en el Priorat.
Boadella asegura que la gran genialidad de los catalanes radica en crear enormes mentiras como estas, y creerlas después.
Dalí sería la quintaesencia de esa imaginación desbordante que mezcla realidad y fantasía, y que genera arte surrealista con ambas abstracciones.
La Diada de este domingo era puro arte daliniano, pero Boadella, en lugar de alabarla, la detesta: es una fiesta artificial devenida en independentista. Por ser demócrata e incorrecto fue perseguido por Franco, ahora por los separatistas.
La Diada es una mentira que se creyeron las cerca de 300.000 personas que asistieron a las cinco manifestaciones que conmemoraban, según ellas, la guerra que perdieron los catalanes contra España en 1714.
Era un conflicto sucesorio entre Austrias y Borbones, donde media España estaba con el archiduque Carlos de Habsburgo, y la otra media con el ganador, el francés Felipe V.
Madrid, como Barcelona, estaba con Carlos; pero al carecer de la imaginación catalana para declarar una llorona y derrotista Diada, la capital española se quedó sin una efemérides que haría independentistas antiespañoles a muchos madrileños.
-------
SALAS