Revista Opinión

La dictadura española de Pedro Sánchez merece ser expulsada de Europa

Publicado el 25 septiembre 2020 por Franky
España merece ser expulsada de la Unión Europea por carecer de algo imprescindible en ese club de naciones: la democracia. Pero los dirigentes europeos cierran los ojos y prefieren mantener al tirano dentro de la Unión, donde no se le respeta y se le desprecia. Las dictaduras y las tiranías se han suavizado y han cambiado sus métodos. Ya no asesinan físicamente, ni torturan a sus adversarios y disidentes, pero siguen acosándolos y causándoles la muerte, ahora civil. España no es que camine hacia una dictadura, sino que ya la padece. El gobierno de Pedro Sánchez incumple todas y cada una de las normas de la democracia y cumple todas las de las tiranías modernas. Gobierna de espaldas a los ciudadanos, que derrotarían en referendum, si lo convocaran, la mayoría de las decisiones gubernamentales. El de España es un gobierno inicuo y perverso, un drama histórico que tendrá consecuencias muy duras y ue desprestigia y envilece a España entera. Vanlop, colaborador de Voto en Blanco, aporta una serie de normas y reglas para reconocer las dictaduras y tiranías sutiles que controlan a muchos de nuestros países, aparentemente democráticos y civilizados. Las hemos incorporado al artículo de hoy para hacerlo más sólido y comprensible. --- La dictadura española de Pedro Sánchez merece ser expulsada de Europa Para que exista dictadura tienen que darse un gobierno con las condiciones siguientes:

- Recorta las libertades civiles estipuladas en la constitución

- Se impone por la fuerza y no por la razón

- Controla a la gente con miedo

- Uniforma el pensamiento y modo de vida de los ciudadanos

- Mantiene leyes injustas y contrarias a la voluntad popular

- Utiliza el dinero público para comprar voluntades, lealtades y votos

- Usa temas y discursos repetitivos para convencer

- Manipula la información y la encausa hacia sus fines

- Censura y castiga a quienes muestran la verdad o piensan diferente

- Impone decretos que favorecen la dictadura y desfavorecen al resto

- Cambia y acomoda las leyes a conveniencia

- Lava el cerebro de la gente y promociona ideas fanáticas y ciegas

- Usa vigilancia extrema sobre la población

- No acepta cuestionamientos "No acepta la objeción de consciencia

- El gobierno y las fuerzas de seguridad se atribuyen superpoderes

- El estado se vuelve paternalista y dice proteger de peligros. muchas veces inexistentes o hipetrofiados desde el poder

- El estado se emplea a fondo para controlar las organizaciones civiles y castra la sociedad civil

- El Estado se entromete en la vida privada de las personas

- Controla y censura los medios de comunicación masivos

- Se violan los derechos fundamentales y humanos

- Oculta su verdadero rostro tras instituciones fraudulentas

Aunque cualquier persona podría pensar que esas condiciones son las vigentes en Cuba o Venezuela, se dan también en España, prácticamente todas, lo que permite concluir, sin temor a equivocarnos, que la España de Pedro Sánchez es una dictadura enclavada en el corazón de una Europa donde, en teoría, sólo tienen cabida las democracias.

Con un gobierno obsesionado con el poder y reacio a admitir controles y límites que impone la democracia, en España padecemos una dictadura de las más feroces y, al igual que en Cuba, Venezuela o China ,se persigue al adversario y al disidente, sólo que, por ahora, de forma sutil y sin sangre.

Además de esas condiciones básicas, España de Sánchez reúne otros rasgos que son también genuinos de las tiranías, como son la corrupción, el Estado hipertrofiado, la mentira institucionalizada, el poder excesivo de los partidos, el sometimiento al Ejecutivo de los poderes Legislativo y Judicial, la compra de periodistas y medios, la impunidad de los políticos y la prevalecía de los intereses del poder sobre el bien común.

Los socialistas, comunistas, progres y aliados del gobierno de Sánchez dicen que el gobierno es democrático y legítimo porque ha sido libremente votado por los ciudadanos, pero una votación, suponiendo que sea limpia, no aporta legitimidad ni sello de democracia. Hítler también fue votado y elegido y eso no lo hizo un demócrata ni un gobernante legítimo. La democracia es una cultura de limpieza y decencia que debe someterse a valores y normas como la justicia, el respeto a las mayorías y minorías, la verdad, la transparencia y la voluntad popular, entre otras. Sin esas condiciones solo queda abuso y tiranía, más o menos encubierta y travestida.

Pero no puede considerarse democrático un gobierno que legisla y gobierna en contra de la voluntad popular, que miente, engaña, despilfarra y realiza acciones contrarias a la Constitución. Hay cientos de ejemplos, pero mencionemos unos pocos para demostrar la bajeza tiránica vigente: mantienen leyes que protegen a los okupas, cuando mas del 90 por ciento de la población las rechaza; permiten que territorios enteros, como Cataluña, estén al margen del Estado de Derecho, sólo porque Sánchez quiere los votos del independentismo catalán; han roto la igualdad entre los pueblos de España, exigida por la Constitución, beneficiando a regiones como Cataluña y el País Vasco; marginan y castigan a regiones como Andalucía y Madrid sólo porque están gobernadas por la derecha, despilfarran, endeudan el país de manera demencial, mienten cada día y protagonizan un larguísimo rosario de abusos, arbitrariedades y actuaciones tiránicas.

En cualquier país moderno y libre del mundo, una dictadura cutre y nada sofisticada como la de Pedro Sánchez y su “colega” Pablo Iglesias caería y se iría a pique, pero en España los nuevos tiranos tienen la suerte de tener enfrente a un pueblo acobardado y con poca dignidad y a unas instituciones defensivas del Estado que no funcionan.

Francisco Rubiales


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