En los últimos meses es posible que hayamos escuchado hablar de la "dieta" macrobiótica.
Entre la desinformación y el escepticismo que nos envuelve, dejamos pasar grandes oportunidades de probar otras cosas que nos puedan brindar una vida más feliz y plena.
De hecho, su nombre significa exactamente eso: del griego μακρός, largo y βίος, vida. Se trata simple y llanamente de una forma de vivir, de alimentarse, de existir que va encaminada hacia la longevidad y la calidad de vida.
La macrobiótica fue traída a occidente por Geroges Osawa en el siglo XX. Es bastante reciente, teniendo en cuenta que el mismo fundador murió en 1965.
El practicante de macrobiótica utiliza su dieta para acomodarse y relacionarse con su mundo y circunstancias de la mejor forma posible. Es imprescindible que conozca el funcionamiento de su cuerpo y la comprensión de todo lo que le rodea.
A priori puede parecer un concepto bastante "elitista", pero por propia experiencia puedo decir que en absoluto es así.
¿Pero exactamente qué se come en macrobiótica?
No es una dieta, sino un modo de vivir, de pensar, de sentir... Por supuesto la forma de encaminarse hacia este tipo de vida es la alimentación.
El alimento base es el arroz integral. Quedan fuera de éste régimen leches animales y lácteos, carnes rojas, harinas refinadas, huevos industriales (sólo recomiendan huevos de gallinas fertilizadas), azúcares (entre ellos la miel), vegetales de la familia de las solanáceas..( tomates, pimientos, patatas, berenjenas...) frutas tropicales y en exceso de cantidad...
Un menú macrobiótico está compuesto a base de leches vegetales (arroz sobre todo), algas marinas, arroz integral, té verde, legumbres, frutos secos crudos, fruta seca, tofu, seitán, sopa de miso, compota de manzana, pasteles, soyu (salsa de soja), harinas y panes integrales hechos de masa madre...
Algunas de estas " prohibiciones" parecen resultarnos muy extrañas y casi sectáreas. Muchas personas no pueden pasar sin los lácteos o no entienden por qué no se pueden consumir berenjenas, por ejemplo.
¿Por qué restringir los alimentos?
La macrobiótica no prohíbe ningún tipo de alimento. Nos advierte para que diariamente consumamos los recomendados y que de forma ocasional disfrutemos del alimento que nos apetezca sin por ello causar ningún estrago en nuestra salud. Bastante razonable y deja en nuestras manos la responsabilidad de cuidarnos: muy necesario en los tiempo que corren donde hemos perdido ese instinto de ser nuestro propio doctor.
Los alimentos "prohibidos" como los lácteos o solanáceas, suelen dar alergias a mucha población.Los azúcares de rápida absorción son retirados porque muchos diabéticos o personas con problemas de sobrepeso en su búsqueda por la salud se ven inmersos en acrobática.
Ésta trata de hacer una plan apto para la mayor parte de la población sin que surjan problemas.
Si algún día nos apetece comernos una berenjena asada al horno (como yo hacía de vez en cuando), se puede hacer sin problemas.
Mi experiencia con la macrobiótica:
En mi caso la macrobiótica fue un gran descubrimiento.
Sufría de graves trastornos digestivos. No me paraba nada en el estómago, comenzaba a hincharme a la mínima de cambio, dolores abdominales que me impedían dormir...
Cuando dejé de consumir carne mi cuerpo sufrió una gran mejoría. Fue una decisión bastante incomprendida, pero cuando mis familiares comenzaron a verme poder comer sin enfermar después no se opusieron. Todo lo contrario, querían probar mi comida y les encantada.
En mi caso elegí una macrobiótica vegana: No introduje productos de origen animal puesto que comenzaba a ver que mi cuerpo respondía y me daba miedo alterar ese precario equilibrio que había conseguido.
Seguía yendo al gimnasio por su puesto, y rendía exactamente igual... hasta que comencé a aumentar mi rendimiento.
Conocí historias de deportistas que fundamentaban su alimentación en base a macrobiótica.
He de aclarar, que el rendimiento no tiene por qué ser menor: la energía que obtenemos en nuestro día a día la obtenemos de los hidratos de carbono, y la macrobiótica está repleta de cereales integrales.
Por supuesto que un culturista no podrá hacer macrobiótica si quiere alcanzar sus objetivos de tamaño y definición muscular: se trata de una alimentación para restablecer la salud o para mantener haciendo un ejercicio físico más indicado para el trabajo cardiovascular.
Es curioso que la macrobiótica aconseje fervientemente la práctica diaria de ejercicio: en muchos "retiros" y puntos de encuentros para macrobióticos pueden encontrarse en su programación diaria una caminata vigorosa diaria de al menos una hora, principalmente en las primeras horas de la mañana y en ayunas.
Nos empeñamos en ingerir "x" comida de forma regular cuando en algunos casos es bastante conveniente practicar algún que otro ayuno. Si nos fijamos en la naturaleza los ayunos intermitentes son bastante usuales y practicados por muchos animales cuando no se sienten bien.
Está demostrado que practicar ayuno de forma intermitente eleva los niveles de testosterona. Punto que podíamos aplicar a nuestro trabajo de musculación de forma planificada.
Una macrobiótica mediterránea
Algunos de los productos citados anteriormente son de importación de China. La primera compra puede ser bastante cara, pero una vez que te haces con los misos, las algas... dan muchísimo de sí y a la larga salen rentables.
Uno de los puntos de la filosofía macrobiótica es que debemos adaptarnos a nuestro entorno y consumir ingredientes propios de nuestro entorno: puedes adaptar la macrobiótica a la dieta mediterránea sin ningún tipo de problema.
Nada más macrobiótico y más mediterráneo que un buen plato de legumbres... con verduras.
Una pasta integral con algún trozo de pollo... un pescado asado a la parrilla... un puré de calabacín con "pescaíto frito" (adaptación de la tempura...) o incluso un delicioso postre derivado de nuestro arroz con leche consistente en arroz integral con leche vegetal que está incluso mejor que el clásico.
Por supuesto podemos adaptar los estiramientos que recomienda Gerorge Osawa y asistir a una clase de pilates. La caminata vigorosa sustituirla por una horita de running...
Has de comprender de que cada filosofía está escrita en un determinado lugar y en un contexto único que deberás interpretar y extrapolar a tu vida y tus circunstancias que también son únicas e irrepetibles.
Como conclusión a todas las experiencias que te hayan podido contar a cerca de cualquier tipo de alimentación, de filosofía y de forma de vida, he de decirte que absolutamente todas se basan en una buena y sobre todo alimentación limpia y adaptada a la actividad de cada persona y un trabajo físico y psicológico que están estrechamente vinculados. La macrobiótica por supuesto cumple esos mismos requisitos.
Todo radica en que no te conformes con lo que tienes si no estás del todo a gusto: Es cuestión de querer mejorar tu calidad de vida, investigar un poco más a cerca del tema, dejar volar tu imaginación y sobre todo es cuestión de ganas. Debemos abrir nuestra mente y no dejar escapar una gran oportunidad de dar un cambio radical.