La dieta macrobiótica fue desarrollada por el filósofo japonés George Ohsawa alrededor de 1920 y fue adaptada posteriormente en Occidente.
Esta dieta tan famosa consiste en conseguir el equilibrio entre el Yin (femenino, suave y representado por el potasio) y el Yan (masculino, resistente y representado por el sodio).
Es decir, Ohsawa creía que comiendo de una manera simple y sana conseguiremos vivir en armonía con la naturaleza y sus cambios constantes. También consideraba que con esta dieta se consigue curar y prevenir algunas enfermedades graves, como es el cáncer.
Alimentación macrobiótica
Pero volviendo al Yin y al Yan, los alimentos se pueden agrupar conforme a ellos.
Alimentos mayoritariamente Yin
Frutas, verduras de hoja, frutos secos, semillas, tofu y algas.
Alimentos mayoritariamente Yan
Cereales integrales, harinas, pastas, panes, verduras de raíz, mariscos, pescados, queso fresco, y sal.
Alimentos con exceso de Yin
Alimentos con exceso de Yan
Por tanto, el objetivo final de esta dieta es conseguir el equilibrio correcto entre el Yin y el Yan, además de que la persona que opte por ella acabe introduciendo cada vez más los cereales integrales en su alimentación y deseche los productos cárnicos.
Las carencias de la dieta macrobiótica
Son puntos principales de la dieta macrobiótica:
- Limitar el consumo de agua y nunca beber durante las comidas.
- Consumir alimentos locales y de temporada.
- Comer solamente cuando se tiene hambre y la cantidad necesaria de alimentos.
- Deben primar los cereales sobre la carne.
Bueno, los principios fundamentales no dejan de ser comunes a, por ejemplo, la dieta mediterránea, que tan saludable y recomendable es.
Sin embargo, la dieta macrobiótica, en su estado más avanzado y una vez alcanzado el compromiso que propone (que primen los cereales sobre la carne), da lugar a ciertas carencias, como es la falta de y algunos aminoácidos esenciales, lo que ocasiona pérdida de masa muscular.
Así mismo, también existiría un déficit de vitaminas A, D B12 y C además de algunos minerales como el calcio (lo que puede provocar la aparición de osteoporosis) y el hierro ().
La restricción de agua que esta dieta propone también conlleva algunas complicaciones, como son la deshidratación y, más a largo plazo, la pérdida de la función renal.
Por tanto, aunque esta dieta proponga la austeridad y frugalidad, lo que puede ser bueno hasta cierto punto, pues nuestra sociedad se caracteriza por grandes atracones de comida que realmente no necesitamos, también puede provocar una falta de minerales y vitaminas esenciales para que nuestro cuerpo funcione.
Por otro lado, optar por esta dieta para perder peso no es lo más recomendado, pues tu cuerpo se verá resentido a largo plazo. Por ello, si lo que quieres es hacer dieta para perder peso, lo cual no es recomendable en sí, sino que hay que cambiar de modo de alimentación para que tu cuerpo no sea vea obligado a reducir la ingesta de nutrientes necesarios, lo ideal es acudir a un dietista que te ayude a conseguirlo.
Y tú, ¿has probado la dieta macrobiótica? ¿La sigues? ¿Cuál ha sido tu experiencia?
Este artículo es una colaboración de Elisabeth Torres, periodista, redactora y correctora que participa en diversos proyectos editoriales y publicaciones periódicas.