Revista Comunicación

la diferencia entre coger y hacer el amor

Publicado el 30 enero 2014 por Libretachatarra

la diferencia entre coger y hacer el amor

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ENTRE SUS MANOS (DON JON)
data: http://www.imdb.com/title/tt2229499
Joseph Gordon-Levitt ya había llamado la atención como actor. Y vuelve a lograrlo en su debut como director y guionista, con una comedia muy divertida y original. “Entre sus manos” es la historia de Jon Martello, un joven macho cabrío de una familia italiana que aprende que voltearse a toda mujer que se mueva no es lo mismo que hacer el amor.
Jon (Don Jon para los amigos, el Don Juan irresistible para cualquier mujer) es joven, bien parecido, lomo producido, italoamericano que vive en su propio depto, a un paso de su familia (cargosa como toda familia italiana que se precie de tal) y que tiene un trabajo poco calificado (servicios, léase barman). Hay pocas cosas que le importan en su vida: cuerpo, casa, auto, familia, iglesia, amigos, sus nenas y la pornografía. Sí, pese a su éxito con las mujeres, Jon es un adicto a la pornografía. Y, en confesión, admite que una vagina en carne y hueso (si se permite la expresión) no se compara con las vaginas virtuales del ciberporno.
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El problema para Jon empieza cuando se engancha en serio con Scarlett Johansson, la rubia 10 sobre 10 que puede encontrar en la vida real. Y el problema con ella es que la damita en cuestión es muy efectiva para ir copando la vida de Jon e imponerle condiciones. Entre ellas, la absoluta abstención al porno. El triángulo lo compone una madura compañera de estudios, una genial Julianne Moore, con una persistente depresión cuya origen será descubierto en el tramo final del filme.
“Don Jon” tiene un par de ideas interesantes. La primera, es la igualación del porno masculino al melodrama femenino. El ciberporno ocupa en el rol del imaginario masculino el mismo lugar que lo ocupan las novelas rosa en el imaginario femenino. Para el hombre promedio, una provocativa mujer en cuatro patas; para la mujer promedio, un amor para toda la vida, un hombre sexy y sensible, un beso prolongado con música de fondo, casa, matrimonio e hijos.
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Lo notable de la idea es que se permite especular en una concordancia de ambas categorías, que tanto lo porno como el romanticismo ocupan un lugar ideal y fantasioso totalmente inexistente. La vida real no es así, la realidad opera con otras reglas, con otro tipo de relaciones entre los seres humanos. Los personajes han perdido la capacidad de distinguir la representación de la realidad y la realidad misma. Vale excitarse con una porno o emocionarse con un melodrama pero es anómalo buscar en la vida real los modelos de la fantasía. Y la adicción de Jon y de Barbara operan en ese error de confundir fantasía y realidad.
Otra idea base de la trama de “Don Jon” es distinguir que esos modelos fantasiosos tienen un pecado fundamental: la unilateralidad. El protagonista del porno, la heroína del melodrama, ejercen un egocentrismo exacerbado. Son ellos los centros de la acción: ellos gozan, ellos son felices. Pero no es un ida y vuelta, una acción y reacción donde se intercambian los sentimientos de la pareja.
Este paso es el que da Jon con Esther, la veterana metereta, depresiva y misteriosa, que le enseña la diferencia que hay entre coger y hacer el amor. Es la misma que hay entre el porno y el sexo común de todos los días. Maratón aeróbica versus perder y perderse en el otro.
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Al término de la jornada, Jon ha crecido más que sus padres, pero mucho más que Barbara que sigue con su misma ambición de buscar al hombre a quien manipular, sin ningún remordimiento o reflexión.
Hay un muy buen manejo de actores. En “Don Jon”, se lucen los actores al punto de disimular el buen guión que sostiene la comedia. El terceto central Gordon-Levitt, Johansson (Monumento a la Baba) y Moore se llevan las palmas pero los secundarios aportan momentos decisivos. Me quedo con Brie Larson, como Mónica, la hermana de Jon, en un único y decisivo parlamento que cambia todo lo que podíamos suponer del personaje hasta ese momento.
Sencilla, eficaz, llega al corazón y provoca la carcajada. Agendarla porque vale la pena.
Mañana, las mejores frases.

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