Una vez más reaparece la importancia de medir los resultados en salud y no variables intermedias. Una variable subrogada (enalace a una revisión muy didáctica de INFAC sobre lectura de literatura médica) es un resultado, relativamente sencillo de obtener (p.e. medir el grosos de la intima) que se usa cuando los eventos clínicos importantes (p.e. si un paciente tiene o no un IAM no fatal) llamados variables finales o “duras” que son más difíciles de observar, implicando con frecuencia estudios de larga duración. La utilidad de una variabel subrrogada dependerá de su capacidad de ser buena predictora de la variable final. Habitualmente las variables orientadas al paciente (VOP) son las duras y las orientadas a la enfermedad (VOE) suelen ser subrogadas.
Para medir la potencia”preventiva” sobre la cardiopatía isquémica se está utilizando cada vez más el espesor íntima-media carotídeo como marcador de riesgo. Así distintas estatinas intentan demostrar su potencia disminuyendo su grosor en el tiempo.
Un metaanálsis publicado en Am Heart J titulado ¿Los cambios en el grosor íntima-media carotídeo están relacionados con el riesgo de infarto de miocardio no fatal? Una revisión crítica y metaanálisis de regresión encuentra datos inconsistentes en esta “asociación”, de hecho no hubo una relación significativa entre el cambio medio en el grosor de la intima y el IM no mortal en los ensayos clínicos diseñados para evaluar terapia con estatinas o si el grosor al inicio del estudio (P> 0,20 en ambos casos).
Por ello sugieren precaución a la hora de utilizar esta variable como sustitutivo de la mortalidad.
Una vez más la reflexión tan necesaria sobre la necesidad de priorizar estudios que evalúen resultados sobre pacientes (VOP), no sobre enfermedades (VOE).