Revista Sociedad

La Difícil Encrucijada del Señor Sánchez

Por Jmbigas @jmbigas
Estamos asistiendo, una vez más como en los últimos meses, a un cúmulo de sinsentidos que nos está llevando a acercarnos ya a un año con un Gobierno en funciones.

La Difícil Encrucijada del Señor Sánchez

Pedro Sánchez, el líder actual del PSOE.
(Fuente: divinity)

PP y PSOE están instalados en el bipartidismo más rancio. Los dos se consideran la alternativa de su adversario tradicional, y no parece que ninguno esté en disposición de llegar a acuerdo alguno con el otro. Eso sí, mientras Sánchez está instalado en el No es No, y no vamos a apoyar ni permitir el gobierno de Rajoy, que representa la desigualdad, la corrupción, etc., Rajoy actúa más a la gallega y asegura en público que va a llamar a Sánchez la próxima semana. Ciudadanos, con sus exiguas fuerzas de sólo 32 diputados, está haciendo lo que puede para garantizarse un hueco en el espacio político español, que se vería muy seriamente amenazado, según parece, si fuéramos a unas terceras elecciones. Creo que la prensa y la opinión pública no están siendo justos con ellos. Hacen lo que pueden, intentan negociar poniendo encima de la mesa sus grandes promesas electorales, pero llegar a acuerdos supone que todas las partes deben renunciar a algunas de sus aspiraciones, y no se les puede recriminar por ello. Suponiendo que el acuerdo PP-C,s llegue a buen puerto, eso supondrá un total de 169 diputados a favor de Rajoy, posiblemente 170 con el Sí, interesado, por supuesto, de Coalición Canaria. Esta cifra no garantiza la investidura, y desde todos los frentes se está haciendo presión sobre el PSOE para que asegure el número necesario de abstenciones que pueda desbloquear la situación, y hacer a Rajoy, nuevamente, Presidente del Gobierno. Yo comprendo que el PSOE, de ninguna forma, puede hacer eso. Se consideran a sí mismos la alternativa al PP, y no ven necesidad alguna de intentar acercarse a su gran enemigo de la penúltima legislatura, y responsable último de todas las desgracias sociales, según la visión de los socialistas, que estamos viviendo en forma de desigualdad, especialmente. Lo que ocurre es que si Rajoy se presenta con 170 votos a favor, es muy complicado para el PSOE justificar el bloqueo que podría llevarnos a unas terceras elecciones el día de Navidad. Como alguno ya ha dicho en voz alta, en esas condiciones quizá fuera necesario que, aun tapándose la nariz, acabaran facilitando o permitiendo que Rajoy siga de Presidente del Gobierno. Desde el punto de vista de la ética política, un No socialista a un Rajoy con 170 apoyos sólo podría tener dos posibles justificaciones que no generaran una crítica generalizada a Pedro Sánchez. De una parte, podría suceder que el PSOE y Pedro Sánchez tuvieran la voluntad firme y la esperanza razonable de poder proponer, primero al Rey y luego al Congreso de los Diputados en una nueva sesión de investidura, un Gobierno alternativo al de Rajoy. Muy complicado, pero posible si se contara con las abstenciones de alguna de las fuerzas nacionalistas e independentistas. Lo que sería posible, ya que para el PNV, el PDC o ERC, el PSOE es un mal menor respecto al PP. Nunca los apoyarían, pero una abstención sería posible. El problema más grave sería compatibilizar, de alguna forma, a Unidos Podemos y Ciudadanos. Si este fuera el caso, no estaría de más que hubiera señales de ello. Porque si la investidura de Rajoy que empezará el 30 de Agosto, termina en negativo en las dos rondas, el plazo de dos meses hasta la convocatoria de nuevas elecciones empezará a contar. Y no hay señal alguna de movimientos alternativos: en Unidos Podemos todavía se están lamiendo las heridas de su retroceso electoral del 26J, y Sánchez se ha encargado de mostrar que este verano está de vacaciones. La otra alternativa sería que el PSOE pudiera valorar la abstención a un candidato del PP diferente de Rajoy, que no estuviera manchado por la sombra de la corrupción y que no fuera la imagen visible de todo lo que hizo el gobierno del PP en la penúltima legislatura, abusando de su rodillo parlamentario. Entiendo que, en esta complicada encrucijada política que está, prácticamente, siendo televisada en directo, es difícil asumir una imagen y una comunicación públicas que resulten convincentes, sin dar más datos de los que se quieren, o pueden, dar en cada momento. Para evitar tentaciones y tropiezos, Sánchez ha escogido quitarse de enmedio y dejar que la comunicación en estos tiempos la lleven los segundos espadas de su partido. Visto lo que unos y otros han dejado traslucir hasta hoy mismo, mi opinión de lo que va a suceder antes del próximo 1 de Noviembre, en que deberían convocarse nuevas elecciones, si no ha habido antes ninguna investidura positiva, es la siguiente: 1) Investidura fallida de Rajoy, en las dos rondas que empezarán el próximo 30 de Agosto. 2) Intento de investidura de Pedro Sánchez, con el apoyo de Unidos Podemos, con 156 votos positivos. La única posibilidad es que negociara la abstención de Ciudadanos, a cambio del compromiso en las medidas regeneradoras en las que están empeñados. Y posiblemente todavía haría falta la abstención de alguna de las fuerzas nacionalistas. 3) Si fallara la investidura de Sánchez, quedaría el último recurso que, personalmente, creo que debería haber sido la primera, pero los tiempos mandan. Un candidato del PP diferente de Rajoy y alejado de la primera línea del gobierno central y de Génova podría intentar la investidura, ahora sí con la abstención del PSOE. Si la aritmética del Parlamento gallego que salga de las elecciones del 25 de Septiembre no le permite a Núñez Feijoo revalidar su Presidencia, podría ser un candidato conveniente para una investidura en Octubre. Sólo si acabaran fallando las opciones 2 y 3 resultarían inevitables unas nuevas elecciones. Espero que la sensatez de unos y otros nos ahorre a los ciudadanos el castigo, que sería ya casi tortura, de unas nuevas elecciones el día de Navidad. En cualquier caso, el Gobierno que acabe saliendo de cualquiera de estas opciones será bastante débil, y es más que probable que esta legislatura no dure mucho más allá de los 2 ó 3 años máximo. Me preocupa no ver a estas alturas señal alguna de que esas dos posibilidades adicionales estén en la cocina, o al menos en el frigorífico. JMBA

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