La juventud de Mohamed bin Salmán, príncipe heredero y ministro de Defensa saudí, es un buen reflejo de la línea política que está marcando el reino en la región: impulsiva, errática y en cierta forma pasional. En los últimos años Arabia Saudí ha llevado a cabo acciones enormemente contundentes, por no decir agresivas, contra otros países en distintos terrenos y que en muchos casos se han saldado con importantes fracasos, lo que evidencia una política exterior preocupantemente poco cuidada en relación con el peso geopolítico del país árabe.
Uno de los terrenos en los que mayores logros —y confrontaciones— ha cosechado el reino del desierto es en el económico. Gracias a la extracción de petróleo durante décadas, el país ha ido acumulando numerosos activos y cantidades de dinero gigantescas que ha invertido, en muchos casos, para acabar atando económicamente a sus socios y generar dependencias que, en un aspecto netamente monetario, no son rentables.
La industria armamentística estadounidense es uno de los casos más evidentes. El reino lleva décadas de acuerdos comerciales con EE. UU. por cifras astronómicas a pesar de que Arabia Saudí no tiene en muchos casos necesidad y ni si...
Si quieres seguir leyendo este artículo, suscríbete a EOM. Lo que pasa en el mundo te afecta; comprenderlo es más necesario que nunca.
Nombre de usuario Contraseña Recordar cuenta Recordar contraseñaLa diplomacia saudí de “Plata o plomo” fue publicado en El Orden Mundial - EOM.