La cámara de diputados en México se compone por 500 comensales, imposible endilgarles la palabra legislador a cada integrante de esa manada.
La inmensa mayoría de ellos no tiene la capacidad profesional y muchos menos la actitud adecuada para ser un digno representante de los ciudadanos a pesar de que 300 de ellos fueron elegidos “supuestamente” por los habitantes de sus respectivos distritos y los 200 restantes son asignados en función de los distritos ganados por cada partido.
Las 500 personas que están inscritas en la cámara de diputados son parte del circo político mexicano, y el problema no termina allí, además de sus onerosos sueldos, perciben ingresos adicionales por los que no están obligados a comprobar de ninguna forma, y se les asigna presupuesto para que contraten choferes, personal de apoyo y secretarias, tal es el caso de la diputada 501, quien funge como secretaria de Gerardo Fernández Noroña, un tipo de barriada que gracias al ineficiente sistema legislativo mexicano ocupa una curul y su mayor capacidad allí es alborotar el ambiente en el salón principal, cuando no está gritando de manera irrespetuosa se dedica a la noble tarea de calentar la silla con sus posaderas.
La flamante secretaria de Fernández Noroña, a quien supongo pronto se le controlará el tiempo que pasa en el pleno de la cámara de diputados se llama Martha Angélica Ojeda Nava, y como es claro que no tiene ningún valor cada silla del congreso, pues ella la ocupa constantemente gracias a eso y a que Porfirio Muñoz Ledo no asiste a su trabajo de legislador, como estaría obligado cualquier ciudadano mexicano al contratarse en la empresa que sea de la iniciativa privada. Lo curioso es que no se les despida a estos legisladores irresponsables y les paguemos sueldos más toda clase de comisiones, pero claro la Ley Federal del Trabajo no aplica para ellos, si la ejerciéramos con libertad en este país la mayoría de esos funcionarios públicos perderían su empleo.
Regresando al tema que nos ocupa hoy, suponemos que por el sueldo elevado que se le paga a esta secretaria, realmente es la intérprete de Fernández Noroña, es difícil que este diputado entienda las iniciativas de Ley que se proponen y por 60 mil pesos su eficiente y aporreadora secretaria le traduce el idioma legal al infra lenguaje al que nos tiene acostumbrados este diputejo. Lo agravante del asunto es que a esta secretaria se le permiten excesos como subirse al estrado y hacer relajo como a su jefe.
Ahora ya conocimos un desmán de uno de los 500 integrantes de la cámara de diputados, ¿cuales son los excesos de los 499 miembros restantes?
¿Hasta cuando los vamos a frenar?