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Es curioso, cuanto más abierto y participativo piden las bases a la dirección del PSC que sea el congreso, más se blindan.
El reglamento que ha aprobado (por la puerta de atrás, con una estrategia de despiste de la propia dirección hacia el Consell Nacional que es pasmosa) el Consell Nacional apunta directamente en el sentido contrario al que reclamaban los propios movimientos de base que han ido apareciendo.
Entiendo que no somos un partido asambleario y le reconozco al Consell Nacional su papel a la hora de decidir reglamentos. Ahora bien, algunas cuestiones:
- Votar la convocatoria del Congreso, la ponencia y el reglamento, todo en una única votación es algo que cabría esperar en organizaciones distintas a las de un partido democrático. Hace poco hemos echado en cara que CiU y PP votaran en una sola votación decenas de leyes en el paquete “Omnibús” por falta de democracia y nos aplica, esa misma dirección que critica a CiU y PP, el mismo paquete a los militantes del PSC.
- La clara falta de sensibilidad de la dirección del PSC y el despiste y también falta de agilidad de los consellers nacionals hacia unos movimientos que están emergiendo dentro del partido y más claramente fuera, en la sociedad, es de un nivel muy alarmante. Cuando se exige más abertura al partido, su dirección blinda el congreso reduciendo drásticamente el número de delegados. No es solo cuestión de “tener muchos invitados pululando” sino de dar más juego en la toma de decisiones.
- Se dejan cientos de militantes sin posibilidad de participar ni de forma indirecta. Eliminar en el reglamento la representación mínima por agrupación deja a los afiliados de agrupaciones muy pequeñas sin tan siquiera la posibilidad de votar a alguien para expresar su voz en el congreso. No conozco ningún sistema democrático que haga que parte del universo electoral no tenga ni la más mínima posibilidad de expresarse aunque sea de forma mínima y de forma indirecta. Se excluye de forma arbitraria del congreso a cientos de militantes del censo.
- La lógica de gestión del poder ha vencido a la lógica del movimiento político. El consell nacional ha votado pensando en clave de equilibrios de poder y posicionamientos contables. Las lógicas que iban hacia una reforma política y un análisis a fondo han perdido en este congreso. Sí, aún quien tenga más votos en una asamblea irá al congreso, pero tal y como están estructuradas las agrupaciones (y sobretodo las grandes) el brazo de hierro con el que se ejerce el poder difuso desde la dirección hacia los cargos intermedios y de ahí a los militantes será el que dictamine aún más los delegados y las enmiendas que podrán subir.
En definitiva, la dirección del PSC se blinda, no se muy bien para qué, porqué el querer gobernar una gestoría de poder que ya casi no tiene prebendas que repartir es bastante pobre, en lugar de ofrecer una oportunidad para hacer un congreso más abierto, con debates más encendidos y que nos saquen de la marginalidad social a la que parece que esta dirección está empecinada no solo en meternos sino en que permanezcamos.
Y sí, este es un congreso en el que hay que hablar de reglamentos y estatutos. Solo si creamos los incentivos adecuados dejaremos de ser la gestoría de poder que ahora somos.
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