Leonard BernsteinLeonard Bernstein fue uno de los directores de orquesta más carismáticos de la postguerra y sus interpretaciones de las obras de otros compositores han sido consideradas a menudo brillantes pero controvertidas. Aquí dirige la Orquesta Filarmónica de Nueva York en 1977.
Dirección (música), arte de dirigir a instrumentistas y cantantes en la interpretación de una obra musical. Los directores modernos suelen utilizar gestos con la mano: usan la derecha para indicar la métrica (la cantidad de pulsos por compás) y el tempo (la velocidad), mientras que la izquierda señala las entradas de los diferentes instrumentos y se utiliza para comunicar aspectos de la interpretación musical, como son los cambios de intensidad o volumen. La mano derecha se mueve según unos patrones reconocidos de dos, tres, cuatro o más pulsos por compás. Estos patrones tienen en común un movimiento hacia abajo llamada primera parte o pulso del compás y otro hacia arriba, último pulso del compás. Los directores de los conjuntos instrumentales suelen usar una batuta, aunque es raro que se utilice para grupos reducidos de cámara o para dirigir a un coro.Los directores modernos son los responsables de la interpretación durante una actuación. Como tales aparecieron a partir del siglo XIX; en tiempos anteriores a esa fecha, el director —a menudo uno de los músicos— cumplía principalmente la función de marcar los tiempos. Los directores de pequeños grupos corales que interpretaban música polifónica en el renacimiento marcaban el tiempo con sus manos o golpeando una mesa o el suelo con un rollo de papel o un bastón. En el barroco, las armonías que ejecutaba el intérprete del continuo al teclado eran uno de los rasgos esenciales de la mayor parte de la música. El director (que a menudo era el propio compositor) mantenía unido al grupo mediante el pulso continuo del teclado. En las orquestas operísticas, el primer violinista o concertino, asumía la función del director, mediante golpecitos del arco del violín o con señales de la mano si era necesario. La dirección a mano de un teclista o un concertino fue una práctica habitual durante las primeras épocas del romanticismo.Durante el siglo XIX, la dirección se convirtió gradualmente en una profesión de virtuosos que exigía total dedicación. Ello era en parte el resultado de los esfuerzos de los compositores-directores por alcanzar los más elevados niveles de interpretación. Pero también fue la consecuencia de los nuevos ideales estéticos del romanticismo, que elevó la música a un rango más alto entre las artes que en cualquier época pasada. Entre los primeros compositores que actuaron a la vez como directores destacan los alemanes Carl Maria von Weber y Felix Mendelssohn y, especialmente, el francés Hector Berlioz, que escribió el primer tratado sobre el arte de la dirección. El alemán Richard Wagner y el austriaco Gustav Mahler tuvieron una influencia muy especial a finales del siglo. Estos compositores-directores también se situaron a la vanguardia de las innovaciones estéticas de este periodo. Tomaron distancia del conjunto, colocándose frente a los músicos para su dirección. También introdujeron la batuta.En el siglo XX la tradición del compositor-director se mantuvo con músicos como el estadounidense Leonard Bernstein y el francés Pierre Boulez. La creciente importancia del director sacó a la luz también a una serie de músicos que eran conocidos principalmente por su labor de dirección. Entre ellos se encuentran, en el siglo XIX, Hans von Bülow y Hans Richter y, ya en el siglo XX, a Arturo Toscanini y Fritz Reiner.La labor de estos directores y compositores-directores ha forjado el concepto moderno de la interpretación orquestal y coral como un todo musical unificado y guiado por una sola inteligencia. Los directores modernos se describen como unos virtuosos cuyo instrumento es la orquesta. Uno de los ingredientes para la efectividad de su actuación es la fortaleza de su personalidad, así como los conocimientos musicales y la destreza técnica. Dado que los directores del siglo XX poseen un prestigio que en el romanticismo decimonónico se reservaba para los pianistas y en el siglo XVIII se ofrecía a los cantantes virtuosos, están en posición de promover varias innovaciones musicales. Serge Koussevitzki, Henry Wood y Leopold Stokowski se cuentan entre los directores que abogaron en favor de la causa de la música contemporánea, siguiendo el ejemplo de Berlioz, Hans von Bülow, Wagner y Mendelssohn durante el siglo XIX.