También hay otros hechos obvios en este rito de matrimonio desde la creación. Pues Dios creando a Adán y Eva, la homosexualidad se excluye. Porque Adán no halló ayuda que estuviese idónea para él entre los animales, la bestialidad se excluye. Y Dios creando solamente una mujer para Adán, el patrón de la monogamia fue establecido y demostrado.
Por lo tanto, el argumento con respecto a la monogamia sería fácil, si no fuera por la poligamia que ocurre en el Antiguo Testamento entre los santos de Dios. ¿Cómo se debe entender esto? Primeramente, se ve que la poligamia fue instituido por el hombre, y no por Dios. La primera mención de una unión polígama fue la de Lamec (Gén. 4:19), y ésta sin indicación alguna de aprobación divina. No obstante, aún tomando en cuenta el origen de la poligamia, se ve que muchos santos de Dios en el Antiguo Testamento tenían más de una mujer a la vez, Abraham, Jacob, David, etc.Al tratar de la cuestión, se tiene que reconocer primeramente que ella no es meramente especulativa. No se trata de naderías. Estamos viviendo en una cultura en que se le da un gran asalto a la definición bíblica de la familia. Si no tenemos una reforma bíblica de nuestra cultura, las uniones polígamas serán legales dentro de poco en los Estados Unidos. Cuando esto suceda, ¿cuál será la actitud de la iglesia? ¿Y por qué? No se puede responder con tópicos victorianos; nuestra contestación tiene que ser completamente bíblica. Tenemos que construir una teología del matrimonio que tome en cuenta toda la Escritura, incluso la poligamia de los santos del Antiguo Testamento.El primer punto de contestación es acordarnos del rito de la creación. Dios nos creó para vivir como parejas. Como cristianos, nuestro deseo debe ser el vivir en conformidad con ese modelo.En segundo lugar, en el Nuevo Testamento se nos enseña que cada matrimonio es una representación de Cristo y la iglesia. Los matrimonios pecaminosos y rebeldes no están meramente destruyendo sus propias vidas, sino también mintiendo de Cristo. Cristo es el Esposo, y la iglesia es Su Esposa. Ya que Cristo tiene sólo una Esposa, un matrimonio polígamo es una representación defectuosa y deformada de El. Por lo tanto, la poligamia es algo que cada cristiano fiel debe evitar; es algo que deshonra al Señor y su fidelidad.En tercer lugar, este entendimiento del matrimonio da razón a los requisitos de la Biblia, que un anciano de la iglesia cristiana sea “esposo de una sola mujer” (1 Tim. 3:2; Tito 1:6). Los ancianos han de ser modelos y ejemplos para los demás santos (Heb. 13:7, 17). Consecuentemente, la Biblia prohibe la poligamia absolutamente a los dirigentes de la iglesia. Sin embargo, en una cultura en que la poligamia es legal, se le puede permitir a un polígamo ser miembro de la iglesia. Por ejemplo, si un hombre de una tribu primitiva con tres esposas se convierte, ¿qué se debe hacer? A diferencia de un adúltero o homosexual, el polígamo no puede dejar atrás su pecado. El debe quedarse casado con las tres. El hombre puede evitar la poligamia solamente a través del divorcio, lo que es otro pecado. A tal hombre así no se le puede permitir jefatura en la iglesia, porque esto no es el modelo del matrimonio cristiano. Sin embargo, los ejemplos del Antiguo Testamento nos enseñan que la poligamia se puede tolerar en una manera limitada.Mientras nos preparamos para ese tiempo, los cristianos deben aprender a disciplinarse referente a la fidelidad a sus propias esposas. “Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación: que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios;” (1 Tes. 4:3–5). Hay dos facetas claras de este asunto.La primera es resistir la infidelidad, o como lo dice Pablo, abstenerse de la inmoralidad. Cristo fue franco con respecto al tema de la lujuria y codicia, y nosotros vivimos en una cultura que realmente no motiva a las mujeres a vestirse decentemente. Vivimos todos rodeados de toda clase de prostitución visual – en las revistas, las películas, los libros. Tenemos numerosas tentaciones cada día a ser infiel. La palabra de Dios a los hombres cristianos es clara – apártense, absténganse.El segundo aspecto de la instrucción de Pablo requiere atención dedicada para con las esposas. En este pasaje, la atención que se les muestra es por supuesto sexual. La tenencia de la mujer de cada hombre ha de ser realizada en “santidad y honor”. El autor de Hebreos dice lo mismo: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” (Heb. 13:4).También hay peligros fuera de la mente. Los maridos a menudo dejan de construir una valla suficientemente alta alrededor de la relación matrimonial de pacto, permitiendo relaciones íntimas con el otro sexo fuera de la familia. A veces, un hombre permite que una relación se desarrolle – cuando esa mujer no sea su esposa, su madre, su hermana, su hija, o su abuela. Igualmente, una esposa puede sentirse muy cercana con un hombre que no sea su esposo, su padre, su hermano, su hijo, o su abuelo. Esto es temerario; cuando dos personas sólo están en guardia contra la intimidad física, permiten que crezcan indefensamente otras formas de intimidad. Para guardarse contra esto, un matrimonio debe recibir amistades y funcionar socialmente, como pareja.Los hombres cristianos no deben abstenerse de las contaminaciones que nos rodean porque se oponen a las relaciones sexuales; deben abstenerse porque se oponen al desenfrenado vandalismo de ellas. Nuestra cultura le está haciendo a las relaciones sexuales, lo que la gente que mastican con la boca abierta le hacen al alimento. La Biblia enseña que las relaciones sexuales han de ser honradas entre los cristianos; honrar significa que lo estimamos mucho. Aquellos cristianos que han reaccionado ante la inmoralidad pública retirándose a una mojigatería puritánica son seguramente parte del problema.Revista Religión
Dios nos creó varón y hembra. Eso es obvio; pero la manera en que lo hizo fue instructiva. Cuando el Señor Jesús enseñaba sobre el tema del divorcio, hizo referencia al rito de matrimonio desde la creación, lo que se encuentra en los primeros capítulos de Génesis. Nos enseña que Dios es el que une a un hombre y una mujer en matrimonio, y lo que Dios juntó, el hombre no tiene autoridad para separar. La tentación es razonar que en Génesis Dios unió solamente a Adán y Eva – dos individuos. Pero este razonamiento contradice la enseñanza de Cristo, quien insistió que Adán y Eva fueron pareja paradigmática. Cuando Dios los unió a ellos, estaba uniendo a todos los hombres y las mujeres que habrían de juntarse sexualmente en un lazo de pacto.