Allá y entonces en el siglo XVI
Apuntes de lectura basados en los análisis de Tzvetan Todorov, Arturo Roig y Enrique Dussel.
Algunas notas comparativas entre los autores citados *
Para Todorov hay que reconocer que la ideología asumida por Las Casas y otros defensores de los indios es efectivamente colonialista... [p. 186] Ellos no son hostiles a la expansión española, pero prefieren una de sus formas a la otra.
"Llamemos a cada una... con un nombre familiar: ideología colonialista e ideología esclavista" [p. 189]
Como esclavo, el otro es reificado, tratado como objeto, reducido a herramienta. De ahí que se lo equipare con los animales, se lo someta a torturas, vejámenes y matanzas.
Roig expone, en cambio, su idea de esta manera:
"Se ha dicho que cuando se reconoció que era mejor y más conveniente conservar vivo al prisionero de guerra que matarlo, nació la sociedad esclavista, mas, no se ha dicho lo suficiente, pues, para someter a ese hombre había que recurrir al terror y éste sólo era posible mediante el sacrificio de ese mismo hombre." [Roig : 1981]
Se "descubre" entonces - volvemos a Todorov - que el sujeto será tanto más productivo cuanto más cuidado esté, como un sujeto intermedio, productor de objetos, y no deberá desarrollar una propia subjetividad. El ejército y la policía se ocuparán de eso, en tanto los sacerdotes proporcionarán los cuidados médicos y la instrucción necesaria.
"La eficacia del colonialismo es superior a la del esclavismo." [p. 189; la cursiva es mía] [1]
Ahora bien, desde su colonialismo, Las Casas realiza una evolución hacia lo que Todorov denomina perspectivismo que sería el reconocimiento de la alteridad del indio: Y señala en dicha evolución diversas crisis (renuncia a sus esclavos en 1514; se hace dominico en 1522; intenta diversos proyectos...) por las que atraviesa el padre, y cuyo eje referencial lo sitúa en la disputa de Valladolid.
"El principio de universalidad del humanismo cristiano llevaba a Las Casas a proponer y aun a exigir un cambio en el sistema de relaciones entre los europeos conquistadores y los naturales. Sobre esta base se organiza el discurso lascasiano que apunta... a pacificar... predicando la resignación."
Y luego de citar a Las Casas,
"... he enseñado que los hijos deben obedecer a sus padres... que las mujeres han de amar a sus maridos y han de honrarlos como a sus señores... que los siervos deben servir fielmente a sus amos, como si sirvieran a Dios..."
Roig concluye:
"La relación de dominio quedaba de esta manera legitimada, siempre y cuando fuera entendida sobre la relación "padre- hijo". [Roig: 1981]
Pero si la pacificación por la resignación es condición necesaria, no lo es suficiente. Se hace "imprescindible" a causa de las condiciones de posibilidad del mensaje evangélico, el respeto a la libertad, la cual incluye los bienes materiales. Para eliminar el miedo "que conturba el alma", ha de sumársele la confianza a las personas y sus posesiones.
"Esta sería la única palabra que obliga a callar", que elimina las protestas del evangelizado y que lo predispone a "oír", función básica de la relación paternal."
De ahí que el saqueo de América, prosigue Roig, se le presente a Las Casas como contrario al derecho natural. Ve claramente la relación que hay entre el ser y el tener, y cómo puede afectar en forma directa el proceso de humanización."
"...¿No es una iniquidad privarlos de sus bienes, despojarlos de sus tierras...? Es ciertamente una iniquidad arrebatar lo ajeno, perpetrar crueles homicidios e infamar la religión presentándola como injusta e inmunda." [Las Casas, cit. por Roig, 1981]
Si bien el discurso evangelizador es por naturaleza paternal, y debe fundamentalmente ser oído... para que el otro esté en condiciones de prestar audiencia, no se lo ha de violentar. [2]
Dussel introduce una mirada divergente de las anteriores en este sentido: que para Bartolomé se debe intentar "modernizar" al indio sin destruir su Alteridad; asumir la Modernidad sin legitimar su mito. Modernidad no enfrentada a la pre-Modernidad o a la anti-Modernidad, sino como modernización desde la Alteridad y no desde lo Mismo del "sistema". Es un proyecto que intenta un sistema innovado desde un momento "trans-sistemático": desde la Alteridad creadora. En la obra De único modo, el obispoutiliza un "método crítico", un racionalismo de liberación:
"La Providencia divina estableció, para todo el mundo y para todos los tiempos, un solo, mismo y único modo de enseñarles a los hombres la verdadera religión, a saber: la persuasión del entendimiento por medio de razones y la invitación y suave moción de la voluntad"
Finalmente, para Dussel, fray Bartolomé no fue ni historiador ni sólo humanista, sino:
"... fue un auténtico profeta y por ello su estilo es profético apocalíptico, lo que explica las exageraciones, lo hiperbólico de su mensaje, pero lo adecuado de su revelación. Las Casas fue un teólogo explícito de la liberación ya que supo descubrir en pleno siglo XVI el pecado que tiñe ya cinco siglos de historia universal: el pecado de la dominación imperial europea sobre sus colonias del Tercer Mundo (América latina, mundo árabe, África negra, India, sudeste asiático, China). El pecado originario de la modernidad fue el haber ignorado en el indio, en el africano, en el asiático "el Otro" sagrado, y el haberlo cosificado como un instrumento dentro del mundo de la dominación nordatlántica." [3]
Para Dussel, entonces, Bartolomé es "el primer gran profeta americano", que describe de manera explícita "la dialéctica de la dominación"; denuncia el êthos de la dominación europea moderna fundada en la opresión y la servidumbre de los indígenas.
"Dialéctica del señor y el siervo... sea total en el esclavo, o parcial en el trabajador" [4]
En tanto que para Roig, en cambio, que no niega por ello el valor de la lucha de Las Casas, se trata de una forma de expresión "humanista" del discurso dominante, que toma la forma de relación paternalista, y que le interesa a Roig para ir descifrando discursos posteriores en la historia de nuestra América. Pero el dato interesante que introduce, es también la relación entre ser y tener que Las Casas veía con claridad.
Y Todorov, en una situación media entre ambos, con Roig coincide que el discurso de Las Casas siendo colonialista, forma parte del dominante, pero gracias a la evolución de su pensamiento, que lleva a las últimas consecuencias, llega al perspectivismo y sus llamadas Profecías.
Me parece oportuno, por último, anotar aquí una diferencia de criterios entre la exposición de Todorov, y la de Dussel, ambas centradas en la cuestión de la alteridad: en tanto Todorov plantea el tema del poblamiento de América por los pueblos originarios como unacuestión que pareciera episódica:
"El principio de Vitoria según el cual hay que permitir la libre circulación de los hombres, las ideas y los bienes parece estar generalmente aceptado hoy día... Además, ¿acaso estos indios no han venido a su vez de otra parte: del norte... o incluso de otro continente, Asia, por el estrecho de Behring? ¿Puede la historia de un país cualquiera ser diferente de la suma de todas las influencias sucesivas que ha recibido? Si realmente existiera un pueblo que se negara a todo cambio, ¿esa voluntad ilustraría algo que no fuera una pulsión de muerte hipertrofiada?" [p. 191]
Para Dussel, ello es fundamental pues se trata del proceso de humanización del continente. Así lo dice, refiriéndose a las "numerosas migraciones asiáticas" que "caminando a través del estrecho de Behring, por el valle de Anadir y el río Yukon, pasaron" y "descubriendo" estas tierras, comenzaron así "nuestra Proto-historia (de ninguna manera la "pre"- historia americana)" :
"... lo que aquí deseamos indicar es que, existencial u objetivamente, la Humanidad iba descubriendo región por región, valle y montaña una tras otras, durante generaciones, desde Alaska hasta Tierra del Fuego. No es el "descubrimiento de América", es algo mucho más importante: es la "humanización" efectiva del Continente sin anterior ocupación humana. La "conquista" contará ya con dicha "humanización", y esto éticamente es fundamental. La primera "ocupación" fue "humanización de la naturaleza", la segunda fue "dominación de culturas" ya establecidas."[5]
De igual manera lo consideramos nosotros desde este espacio.
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* sobre la base de la bibliografía ya explícitada en post anterior.
[1] Me parece interesante y pertinente introducir aquí otro escrito, en el que Dussel se ocupa de lo que llama ´argumento de Locke´ quien ´se inspira en Aristóteles cuando distingue entre un ´poder despótico´ ( despoteia) y un ´poder político´. Aplica así la conocida distinción entre el poder en el ´estado de naturaleza´ o en el ´estado político´, del ejercicio del poder en el ´estado de guerra´, e invierte los hechos... Para Locke, como en el caso de las relaciones entre Estados, no se retorna simplemente al ´estado de naturaleza´..., sino que se accede a un ´estado de guerra´ permanente.[...] esta argumentación produce una completa inversión de lo que acontece en realidad y... es puramente tautológica en su sentido ético y político. Primero, porque al inocente campesino africano, indígena americano o comunidad colonial se lo ha definido como un violento agresor (inversión de los hechos empíricos). Segundo, porque el ´juez´ (en el cuarto momento de la argumentación), aunque no tiene autoridad o poder político por no estar en condiciones de ser miembros de un inexistente Estado mundial, se encuentra en un inevitable estado de guerra. Si en este ´estado´ resulta vencedor, y teniendo sólo a Dios por juez, posee sobre los vencidos legítimamente poder despótico. Con estas razones, todo Estado puede juzgar a cualquier otro como ´fuera de la ley´, simplemente por no cumplir con su interpretación ´cultural´ o etnocéntrica de la ley natural o de lo que Dios [el nuestro] estableció como regla. Se trata de una tautología autoreferente radical, sin ningún criterio objetivo o referencia de empírica exterioridad universal. Es lo puramente subjetivo, arbitrario, intracultural, dogmático, totalitario. Este argumento, sin embargo, expresa la racionalidad misma de la ´Razón moderna´, esclavista y colonial; es decir, fundamentó (aparentemente) el comportamiento de las metrópolis europeas hacia el mundo colonial y hacia la esclavitud de la Modernidad, hasta el presente: es exclusión radical de la dignidad de la Alteridad, del derecho de la Identidad propia del africano esclavizado, del indígena americano, del mundo colonial, contra toda razón.´ (Dussel, Enrique, " Estado de guerra ", democracia aparente y "razón crítica" [En] "Realidad", Rev. de Ciencias Sociales y Humanidades, Nº 87, mayo-junio 2002, San Salvador, UCA Editores.).
[2] Dussel, en su trabajo que aquí nos ocupa, refiere al tekoha guaraní, y cita la descripción de Bartolomeu Meliá en El guaraní, experiencia religiosa.: "... Tekoha - dice Dussel - significa: el "lugar" donde se puede establecer el modo-de-ser-guaraní: " El tekoha significa y produce al mismo tiempo relaciones económicas, relaciones sociales y organización político-religiosa, esenciales para la vida guaraní. Aunque parezca redundancia, hay que admitir, con los mismos dirigentes guaranaí, que "" (Conferencia VI, nota 53) En cada lengua indígena la "tierra" (el continente americano) recibe otro nombre: en lengua náhuatl del imperio azteca, la totalidad del "mundo" es "Cemanáhuac"; en lengua kuna (del Panamá) al " Abia Yala, que significa: tierra madura, tierra madre grande, tierra de sangre "; entre los incas el "Tahuantinsuyo" era la visión del "mundo-tierra" para un inca... (Conferencia VI, nota 30) Me parece oportuno relacionar esta referencia a lo expresado por Roig sobre el ser y el tener en la mirada de Las Casas.
[3] Dussel, Enrique: (1973) América Latina: Dependencia y liberación, García Cambeiro, Bs. As, 1973, p. 193.
[5] Ver Dussel, ob. cit., Conferencias VI, p. 95, nota 34 (cursivas en el original)