Lo peor de no tenerte cerca,
es saber que alguien
pueda estar rozando la dulzura
de la comisura de tus labios.
Lo peor,
es que la distancia no la marcan los kilómetros
sino el miedo al roce de nuestras manos,
el miedo a sentir cómo el cuerpo nos indica los pasos.
Lo peor es que no puedo tenerte
por el sentimiento que crece en mis entrañas,
por miedo a quererte y no soltarte.
Lo peor es ver cómo actúan nuestros cuerpos
mientras negamos los hechos con palabras,
mientras no nos tenemos
y los celos nos atrapan.
Entretanto intentamos pensar
cuando ahí,
es el corazón el que manda.