Ahondando en el terreno pantanoso y confuso, donde conviven muchas teorías científicas, acompañadas de sus controversiales vecinas, las pseudociencias; es bien sencillo perderse y confundir unas con otras. Lo cierto es que el límite que separa ciencia y pseudociencia es mucho más difuso de lo que se cree y habitualmente resulta en una confusión entre ambas, también por el acostumbrado uso del término como adjetivo contra cualquier afirmación que disguste o se aleje un poco de la vertiente científica original.
Para dibujar esta necesaria línea entre ambas es esencial recordar el concepto de ciencia como " el conjunto de métodos destinados a probar hipótesis y construir teorías que produzcan descubrimientos para ayudar a la humanidad a comprender enteramente el funcionamiento de cada aspecto de nuestro mundo". En cambio la pseudociencia confunde sobre la naturaleza de la teoría de la evolución, la creación del universo y el avance de la ciencia misma. Por lo que saber discernir entre ambas es vital para no alojar en nuestra mente teorías descabelladas que contradicen nuestro años de evolución y avance científico.
Otra gran diferencia es que muy a menudo estas pseudociencias se centran en expandir teorías, estrechamente ligadas a algún tipo de ideología, teorías que se traducen en ideas, que al oído desnudo suenan increíblemente bizarras como " La Tierra Plana" o alguna de las siguientes:
- La Tierra Hueca:
- La segunda Luna:
De acuerdo al astrónomo Frederic Petit, nuestro planeta posee una segunda Luna. Hecho que se volvió obvio para él desde un observatorio en Toulouse, donde en 1846, llegó a la conclusión de que la presencia de un segunda Luna explicaba perfectamente todas las irregularidades astronómicas que tanto preocupaban a otros astrónomos.
Frederic fue más allá, afirmando que esta segunda Luna tenía un tiempo orbital de solo 2 horas, 44 minutos y 59 segundos, y que su punto más alejado estaba a unos 3570 kilómetros de distancia de la Tierra. Cuando sus descubrimientos se hicieron públicos, nadie los tomó en serio, sin embargo continuó lanzando reportes sobre su Luna, los efectos que tenía sobre la Luna real y la Tierra durante 15 años, pasando casi desapercibido. Sin embargo Julio Verne, en su libro "De la Tierra a la Luna" realiza una breve referencia a los estudios de Frederic. Breve pero suficiente para levantar los ánimos de los amantes de las pseudociencias, quienes comenzaron a defender la teoría, incluso en 1989 un hombre llamado Georg Waltemath afirmó haber descubierto que le planeta estaba orbitado no solo por un par de lunas, sino por todas una red de minilunas.😶
- La teoría del hielo cósmico:
Tan resbaladizo como el hielo es el territorio de las pseudociencias, que con sus teorías alocadas y un poco surreales nos enseñan a poner más atención en donde depositamos nuestra creencia, que damos por sentado y apoyamos como cierto, para no defender teorías que involucionan nuestra especie, anulando años de estudios científicos e invalidando el trabajo de excepcionales hombres y mujeres que dedicaron su vida a esclarecer nuestro conocimiento e iluminar nuestras mentes.