Los últimos años de Wilde son presentados por Isusi como una gran obra de teatro, una tragicomedia por donde va errando el autor de El retrato de Dorian Gray, todavía admirado, pero incapaz de escribir su última obra maestra. Ahora que ha conocido la el secreto de la vida en su plenitud, el máximo dolor posible, estima que no merece la pena escribir lo que él mismo está representando cada día en ese inmenso escenario parisino. Como él mismo dice: "Si no existiera el dolor, nuestra alma estaría tan extasiada con la belleza y los placeres del mundo que no podría nunca despertar. El dolor hace que dejemos de buscar fuera para poder buscar dentro de nosotros."
Revista Cine
La divina comedia de oscar wilde (2019), de javier de isusi. la importancia de llamarse melmoth.
Publicado el 06 marzo 2024 por Miguelmalaga
Después de ser liberado de la cárcel de Reading, donde cumplió dos años de trabajos forzados, Oscar Wilde era una sombra de lo que había sido. No solo por el estigma de haber estado en prisión, sino por los vergonzosos - para la época - que habían motivado su paso por ella. Incapaz de volver a su vida anterior, Wilde se estableció en París al amparo de un pequeño círculo de amistades que no le abandonaron en sus horas más bajas. El magnífico cómic de Javier de Isusi recoge este periodo inmediatamente anterior a su fallecimiento y, entre episodios verídicos e inventados, construye un retrato muy completo del genio literario. Aquí Wilde se siente acabado y lleva una existencia autodestructiva, pero sigue siendo el mejor conversador de la historia, hasta el punto de que él mismo admite que su obra literaria escrita palidece frente a la su ingenio improvisado. Wilde sabe en su fuero íntimo que su delito no mereció el sufrimiento de su paso por prisión, pero aun así sigue sintiendo una especie de culpabilidad interior de la que no merece ser salvado.