La lectura de hoy se la debo agradecer, y mucho, a Bookworm del blog Bitácora de mis lecturas y a Maeva. Esta es la primera vez que participo en una lectura conjunta y seguro, que no será la última.
Lucia nace una fría noche en un corral de Maguncia, Alemania. La casualidad quiere que Al Shifa, una mujer de origen musulmán que se dedica a asistir a parturientas, escuche los lamentos de su madre y pueda salvarla de una muerte segura.
Sin saber muy bien qué hacer, decidirá, finalmente, llevarla consigo hacia la casa de los Speyer donde la espera la señora de la casa a punto de dar a luz.
Ya nos lo anunciaba la sinopsis, será en este hogar donde se críe la pequeña ya que el matrimonio Speyer cree que la chica puede ser una buena compañía para su recién nacida, de nombre Lea. La acogerán y la educarán pero, por cuestiones religiosas-sociales, ellos son judíos y la niña es de madre cristiana, pasará las noches en casa de una de las sirvientas.
Lo cierto es que los Speyer, acertaron, pues Lucia pronto se convierte en la mejor amiga de Lea pero con lo que no contaban ambos era que también lo sería de David, su hijo, con el que mantendrá una breve aunque intensa relación.
Pero, sin duda, será Al Shifa, su cuidadora, una de las personas más importantes de su vida. Ella le transmitirá sus conocimientos sobre medicina los cuales ayudarán a la joven a hacer frente a la peste, una enfermedad que llega a la ciudad tímidamente en un principio y brutalmente hacia el final.
Lo que más me ha gustado, sin lugar a dudas, es el telón histórico en el que se desarrolla la novela. No había leído hasta ahora un libro en el que la enfermedad de la peste jugase un papel tan importante. La mezcla de culturas que vive Lucia también me ha resultado muy atractiva pues se mueve por tres mundos, el judío, en casa de los Speyer, el cristiano, cuando comparte momentos con la familia de la sirviente que la acoge y, por último, el musulmán, gracias a Al Shifa.
Para mí, esta última es uno de los personajes más ricos de la historia. Creo, sin dudas, que la vida de la joven musulmana hubiese dado para muchísimo más. Lucia es una mujer fuerte que se revela contra la época en la que vive sí, pero a mí, la verdad, no me ha caído en gracia. No he sentido empatía por ella más allá de unas cuantas páginas.
Rara vez me pasa eso pero menos frecuente es aún que no me crea para nada las relaciones que se establecen entre el o la protagonista y el resto de personajes. Por ejemplo, la amistad, más tarde algo más, entre ella y Clemens von Treist, el hombre con el que decidirá compartir su vida, un médico que la ayudará en la lucha contra la enfermedad, es forzada y fría a más no poder.
El libro está dividido en cinco partes: "Hija de ramera", "La doctora de la peste", "Los judíos de Landshut", "Lucia von Bruckberg" y "El amor de la duquesa". Las tres primeras me han resultado más entretenidas que las dos últimas. No me resultó fácil coger un buen ritmo. No está mal escrita pero hay expresiones que me resultaban extrañas y si a eso le sumamos lo anterior el resultado no es el esperado.
Aunque la lectura no me ha entusiasmado como pensaba, creía que en sus páginas habría más acción y también más pasión (de la buena) ya tengo en casa En el país de la nube blanca otra novela de la autora que tengo muchas ganas de leer. Y lo haré sin miedo porque sí, está claro que no ha sido una lectura muy satisfactoria pero tanto lo que me ha gustado de ella como lo que no, me empujan a darle otra oportunidad a Sarah Lark. ¡Saludos devorador@s!