Hasta hace unos días no tenía el gusto de conocer a esta agrupación, pero desde que escuché los primeros acordes me di cuenta de su onírico trazo artesanal y la delicadeza con la que enfrentan el vacío sonoro. En momentos, no es necesaria la complejidad para demostrar lo profundo de un mensaje, basta la armonía como canal y el talento musical como instrumento.
Mäbu es un proyecto español nacido en Bilbao pero madrileño por adopción que hace ruido desde hace 8 años. María Blanco Uranga, la vocalista, fundadora y compositora del grupo, es el origen peculiar de la nomenclatura, con las primeras letras de su nombre y apellidos. Txarlie Solano en el bajo y los teclados, además de César Uña en las percusiones, completan la alineación de Mäbu
María tiene sangre musical en sus venas, ya que es hija de Sergio Blanco (qepd) y Estíbaliz Uranga, quienes acompañaron momentos armónicos importantes de la historia sonora iberoamericana en el grupo Mocedades. Sin embargo, María ha labrado su propia historia desde lo indie, y con ese poder dramático hecho canción como herramienta.
Su propuesta peculiar está invadida por intensidad vocal, paseos rítmicos con cadencia y belleza interior. Hay un abanico de opciones dentro de su repertorio, existen momentos de calma y vals, sin embargo, habita la estridencia en algunos temas.
Dos canciones en especial llamaron poderosamente mi atención. Quédate a dormir, por su ternura y sencillez, además por el sentimiento de nostalgia que genera, sutiles percusiones que resultan hipnóticas en el universo creado para decir que “la mitad del tiempo que tengo, lo dedico a pensar en ti”. Paralelo es una rara pieza de espera con tintes de resignación, la voz delicada de Alex Ferreira enriquece el entorno armónico que tiene un broche de oro con la secuencia de cuerdas que transportan.