En Rabat se encuentra uno de los vestigios de la época romana más importantes del país. Se trata de la Domus Romana, una casa romana que perteneció a una rica familia de la época, y que ha sido reconstruida según el modelo original albergando en su interior restos romanos encontrados en la isla.
Se puede visitar de forma independiente pagando 6 euros o bien con el multiticket, que por 12 euros incluye también la visita a las Catacumbas de St. Paul y el Museo de Ciencias Naturales. El horario, de lunes a domingo de 9 a 5 de la tarde, siendo la última admisión a las 16.30 horas. En nuestro caso, compramos el multiticket para visitar también los otros museos a última hora de la tarde y el vendedor nos amplió la validez para el día siguiente, para que tuviésemos tiempo de visitar todos.
La casa data del siglo I a.C y fue descubierta a finales del siglo XIX, cuando fue reconstruida, como decíamos anteriormente, respetando la forma original. En su interior, se exponen estatuas y mosaicos de gran valor histórico.
En la planta baja se encuentra el atrio central descubierto, rodeado con 16 columnas dóricas de las que tan sólo una es auténtica. Aquí se puede observar un importante mosaico, probablemente uno de los más valiosos recuperados de la época y cuya imagen de dos palomas apoyadas en el borde de un cántaro recuerda a una importante obra de Sossos de Pérgamo.
En las paredes se exponen otras obras de arte: teselas que representan motivos mitológicos o cristianos, realizados con la técnica del opus vermiculatum, que emplea pequeños dados de mármol (teselas) de tamaño inferior a 1 cm y que se disponen de forma ondulada como si fueran un gusano, permitiendo así dibujos más minuciosos.
También se exponen objetos cotidianos de la época e importantes esculturas. Una de las más importantes es la de una figura femenina sin cabeza, que se cree estuvo en la puerta de Mdina según referencias de Giovanni Francesco Abela en su libro “Della descripzione di Malta”. Otras tres estatuas representan al mismo emperador Claudio y sus familiares, realizadas en mármol de Carrara.
Por último, pueden visitarse los restos de un cementerio musulman con más de 245 tumbas que aparecieron durante las excavaciones en la zona llevadas a cabo en los años 1920 a 1925. La mayoría de ellas están excavadas en la piedra globigerina caliza típica del país, y cuentan con inscripciones de la fecha de la muerte, nombre del difunto o citas del Corán.
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