Siempre con el debido respeto a los padres, creo que la ducha debe ser obligatoria después de una actividad deportiva, salvo condiciones que se pueden dar pero no suelen ser habituales hoy en día. Puede entenderse como normal la preocupación de los padres, pero no debe llegarse a una sobreprotección ya que esto llevará a problemas presentes y especialmente futuros. Hablamos de Cataluña en este caso, pero a buen seguro le ha pasado en Galicia lo mismo a muchos formadores...."Hoy que no se duche por que tenemos prisa", "El niño está mal",... Curioso, ya que los que tienen prisa en general son algunos padres para llegar a tiempo al aperitivo con los amigos, en algún caso visto y comprobado. La ducha no es mala sino todo lo contrario, lo malo es que a veces quien tanto se preocupa, no sabe si su hijo está en condiciones para realizar deporte, ni nunca preguntó por eso de los "reconocimientos obligados"... hablo de Galicia nuevamente.
LA PREGUNTA: "Tengo una duda sobre un coordinador de futbol sala en Cataluña/Barcelona, que obliga a los niños de alevin a ducharse despues del partido en contra de las peticiones de los padres, ya que a veces jugamos en colegios o sitios que los vestuarios son frios y mal cerrados. la duda es si el coordinador puede obligar a ducharse a los niños bajo amenaza de no jugar el partido siguiente. tanto si estamos de acuerdo o no los padres. esto lo puede hacer? muchas gracias de antemano, ya que no se donde dirigirme."
Una aclaración en forma de publicación en el blog: entrenofutbolbaseFÚTBOL BASE: la ducha... Utilizo este título de manera metafórica para referirme al conjunto de actividades que realiza cualquier deportista antes y después del entrenamiento y de cada partido. Y es que a pesar de parecer sencillo y simple capricho de un club o de un entrenador, significa mucho más que eso para el futuro desarrollo del niño.
Tanto el momento previo como posterior a la actividad en este caso futbolística, son momentos en los que los chavales llegan, comienzan su encuentro con el resto del grupo, habla, cuentan sus historias, comparten anécdotas, se aprenden a cambiar sólos, se atan los cordones y se preparan para la actividad; posteriormente, se duchan, se visten, vuelven a hablar, discuten, se animan, se recriminan y puntualizan situaciones que vivieron en el campo. Pienso que todo ello lo deben hacer ellos sólos o como mucho en presencia del entrenador o monitores del club, gente de confianza y aparte de los padres.De nada vale llegar a entrenar directamente y saltarse ese momento previo. De nada vale acabar y marcharse a toda velocidad y sin ducharse a casa. Son momentos necesarios, de equipo, de convivencia y por supuesto de crecimiento y madurez, tanto personal como deportiva y colectiva. Son momentos que a la vez forman parte de una disciplina de equipo, de unas costumbre propias de este deporte, así como de otros, y de una fase más en el aprendizaje y en el crecimiento de los pequeños. Para mí, son normas que se deberían ya ir introduciendo progresivamente desde bien pronto. Son momentos de ellos y del equipo.
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