No podemos negar el complejo momento en que vive nuestro país, producto de la profunda crisis del capitalismo mundial, y en el caso concreto de nuestro país, del modelo rentístico petrolero. Las amenazas y arremetidas del imperialismo penden como “espada de Damocles” sobre nosotros, pero necesarias son hacer algunas consideraciones.
Una cosa es tener un profundo sentido de la crítica y la autocŕitica, necesarios condimentos para mantener viva nuestra Revolución. ¿Quién puede negarlo? Pero, cuando esta se hace fuera de un marco conceptual y obviando elementos del contexto en el que se vive, pueden resultar totalmente perniciosas.
Esto lo señalamos, pues ante los escenarios de nuevas arremetidas del fascismo nacional e internacional contra la Revolución Bolivariana, que no es patrimonio exclusivo ni excluyente de Nicolás Maduro ni del actual Alto Mando Político y Militar de la Revolución, observamos como sectores de “izquierda”, no sé si de manera “equivocada” o ex profeso, pareciera que quisieran hacerle el juego y “la cama” a estos factores, para “extirpar el mal ejemplo de la Revolución Bolivariana”.
Esto lo expresamos, porque este artículo pretende responder a algunas argumentaciones del “intelectual” Edgardo Lander, a propósito de su última entrevista, publicada en el portal de derecha “prodavinci.com”
Nos van a disculpar, y nos va a disculpar el compañero Edgardo Lander, pero, como una primera respuesta a sus planteamientos, le queremos expresar lo siguiente: Por muchas críticas que se puede tener al Gobierno del Presidente Nicolás Maduro, por muchas molestias que se puede tener a errores y fallas que se hayan podido cometer, que no negamos e incluso las sometemos al debate público, jamás estaríamos dispuestos a declarar para algún medio o portal de la ultraderecha venezolana. Desde nuestro punto de vista, eso es ser consecuente a los ideales que se profesan.
Además de ello, no se critica al gobierno de Maduro, ya que eso en un debate es válido, además que también nosotros somos dueños de esta Revolución, como lo expresa el psiquiatra, camarada y buen amigo, Erick Rodríguez Mieres; sino que el señor Edgardo Lander critica el modelo de inclusión contenido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que con gazapos, errores y fallas como toda obra humana que no es perfecta, aunque si perfectible, es un modelo infinitamente superior al modelo de democracia representativa puntofijista de la IV República.
Por otro lado, de acuerdo a un muy buen artículo del compañero Luis Salas, publicado en el portal 15yultimo.com, hay argumentos más que suficientes para responderle y a sus tendenciosas declaraciones. Nos permitiremos reproducir las más importantes, a nuestro criterio:
“Poco se recuerda que cuando Arturo Uslar Pietri escribió su célebre editorial “La siembra petrolera en 1936”, utilizó para ilustrar su punto una fábula de Esopo: la de la hormiga y la chicharra.
La fábula va más o menos así: la hormiga, que trabaja duro y ahorra víveres para los tiempos difíciles, advierte a su amiga la chicharra que haga lo mismo antes de que llegue el invierno. Y sin embargo, esta, indolente, se dedica únicamente a bailar y a cantar como si los buenos tiempos fueran a durar para siempre. Después llega el invierno y pone a cada quien en su sitio. La hormiga ahorrativa sobrevive, mientras que la irresponsable chicharra sucumbe.
El punto que quería ilustrar Pietri era el carácter destructor y despilfarrador de la economía venezolana. Y con su texto inauguró una de las tradiciones intelectuales más arraigadas de la vida política e intelectual nacional: la crítica al rentismo.
Luego de ese artículo y tras la prematura muerte de Alberto Adriani, Pietri se convertiría en el referente ideológico del gobierno de Medina Angarita, el único de todo el siglo XX que se propuso realmente sembrar el petróleo y superar el modelo de acumulación postizo-parasitario (así lo llamaron los medinistas, lo que hoy otros llaman el “capitalismo rentístico”), no para sustituirlo por un modelo socialista ni nada parecido, sino por un capitalismo normal, de base reproductiva industrialista, tal y como queda claro en la jerga oficialista de la época. No obstante, Medina será derrocado por una coalición formada por adecos, Fedecámaras y militares de la derecha, en octubre de 1945”.
“La historia de esta transformación de la crítica al rentismo es bastante singular. De un lado, fue impulsada por sectores intelectuales ganados ya desde los ‘70 al discurso neoliberal-tecnocrático y que tenían como objetivo apoderarse directamente de la conducción del Estado, fin para el cual la crítica del rentismo –como una versión venezolana del populismo latinoamericano– les resultaba funcional. Pero también contó con los servicios de cierta intelectualidad “progresista”, incluso alguna surgida del seno mismo de AD, tal y como fue el caso de Luis Lander padre, que como intelectual estrella del betancourismo (si bien para los años ‘70 ya había formalmente roto con AD para ser parte del MEP) enfiló sus dardos contra CAP y todo lo que representó su “Venezuela Saudita”.
“Luis Lander es el padre de Edgardo y Luis Lander. Y en razón de lo mismo, suegro de Margarita López Maya. Entre otras cosas, coordinó la escritura de un libro llamado CAP 5 años: un juicio crítico, del cual formaron parte sus hijos, su nuera y el también adeco Carlos Blanco (entre otros). Es un libro brillante, realmente sin desperdicio. Del cual lo único que se puede criticar es que fue escrito más con el ánimo revanchista de la vendetta interna adeca que para desnudar la obscena presidencia de CAP y sus secuaces.”
“De tal suerte, los hijos de Luis Lander y su nuera, comenzaron a formar una tendencia dentro del betancourismo tardío, bastante singular. Valiéndose de sus credenciales académicas se dieron a la tarea de limpiar el pasado adeco –el de los tiempos de Betancourt– cayéndole con todo al adequismo post-CAP. La estrategia fue similar a la desarrollada por el ala “ilustrada” proveniente del “empresariado” criollo (tipo Marcel Granier). Habiendo identificado problemas concretos reales (corrupción, exclusión social, violencia, etc.) adoptaron ante los mismos un tono crítico bastante convincente, solo para meter tras la validación por esto dada una carga de pensamiento retrógrado que –en el menos malo de los casos, desmoviliza–, y en el peor –y más común– acaba por convertir a quienes se ven atraídos por el mismo en conservadores indie. Esto es: una especie que parece a primera vista ser crítica de las corrientes dominantes, independientes y alternativas, pero que tan solo es una forma díscola de presentación de las mismas. Para decirlo de modo simple: su obra es el equivalente académico de Por estas calles, que capturando y reflejando momentos de verdad, se concibió como una vía para vender el neoliberalismo por otros medios, para popularizarlo y hasta darle un toque izquierdoso.” (Resaltado y subrayado del articulista).
“El libro de López Maya sobre el derrocamiento de Gallegos es un buen ejemplo de esta tendencia crítica de los “excesos” del puntofijismo, pero admiradora y devota del mismo: un texto escrito con el único fin concreto de “demostrar” que era falso que la embajada norteamericana estuvo tras los golpes del 45 y el 48, culpando exclusivamente a los militares perezjimenistas (según Maya, además, Betancourt tampoco fue un golpista en 1945, solo un demócrata que iba pasando por ahí y respondió al llamado de la Patria). Y aunque no se cuenta en este grupo, habría que agregar en la lista a El Estado Mágico, escrito por el sobrino de Sofía Imber, Fernando Coronil Imber, con el fin de abonar en el mito de que el problema del rentismo es el “Estado populista” y no la burguesía o el capitalismo. Por eso esta obra gusta a los IESA boys y a los neoliberales en términos amplios, tanto como a la izquierda universitaria: calza perfectamente con la tesis del Estado mínimo y las privatizaciones… pero por “izquierda” y apelando al desencanto”.
“Todo esto viene a cuento por la sorpresa que ha causado en algunos y algunas, las declaraciones ofrecidas por Edgardo Lander en una entrevista para Prodavinci en la cual más allá de despacharse contra el chavismo –lo que no tendría nada de raro– hace una defensa muy poco disimulada del puntofijismo, aunque de manera especial de su “época dorada”: la de los gobiernos de Betancourt y Leoni.
“A mi modo de ver, esta sorpresa solo se justifica si se desconoce esta historia, lo que en un país con tan mala y selectiva memoria como el nuestro es lo más corriente. O sea, la historia –para decirlo en los mismos términos de Esopo, usados por Pietri– de cómo en tiempos cuando las chicharras ya consolidadas en el poder tras el betancourismo se vieron amenazadas por una oleada de chicharras más violentas y ambiciosas –si bien provenientes del mismo tronco familiar–, aquellas reacomodaron el mito fundacional de la crítica al rentismo apareciendo ya no como las villanas sino como héroes e inclusive como sus víctimas atormentadas. Por lo demás, y este es un problema distinto pero estrechamente relacionado, dicho reacomodo fue la manera que encontró cierta intelectualidad de ser adeca sin parecerlo, incluso pareciendo antiadeca. Estrategia que hoy día, y este es el punto, es revivida por quienes han optado por compartir criterios y tribunas con la MUD sin parecerlo, y aun, pareciendo enemigos de la MUD”.
“A este respecto Lander lo que hace es abonar a la idea adeca claramente vociferada por Ramos Allup de nostalgia por la Cuarta, solo que como Ramos Allup pertenece al AD de la decadencia post CAP de la cual Lander no se siente parte, e inclusive odia en lo personal, se diferencia de este en el hecho de que enfoca su nostalgia a los primeros tiempos del AD “progresista”. Sin embargo, y aunque desde luego existen muchas y notorias diferencias entre Ramos Allup y Lander, lo más paradójico de este asunto es que así como CAP fue el resultado de Betancourt, la decadencia cuartorrepublicana representada por el actual jefe de la MUD fue consecuencia directa del “paraíso perdido” en el cual crecieron los Lander como vástagos privilegiados”.
Y al igual, y como lo expresa Salas, no es nuestra intención sumarnos al mal hábito extendido en algunos círculos de intelectuales criollos de dar palo a las personas más que de debatir sus ideas, primero porque no es nuestro estilo, y segundo, coincidiendo con Salas en este planteamiento,sería el síntoma de la más notoria pobreza del intelecto que en realidad caracterizaría a dichos círculos. Como Salas, coincidimos en que el tema del Arco Minero, y más cuando algunos nos criamos y conocemos dichas zonas, merece un tratamiento mucho más serio del que se ha dado. Asimismo, creemos que el Ejecutivo debe realizar una campaña mucho más agresiva de informar a la población sobre los proyectos que se realizarán en dicha zona, tal y como se hizo con la campaña explicativa para justificar el aumento de los precios de la gasolina. Así como un conjunto de temas, objeto del debate público en la actualidad.
Sin duda, los discursos hay que contextualizarlos como lo señala Salas en su escrito, hacer evidentes los intereses y estrategias no discursivas latentes, de las que no son conscientes la mayoría de los receptores de dichos discursos, incluso los confunde en la mayoría de los casos, y en no pocos casos lo son algunos emisores. La mayor escasez en estos tiempos, pensamos algunos, y coincidimos también en este planteamiento con Salas, es en la honestidad y transparencia intelectual.
En estos tiempos de amenazas contra nuestra Revolución Bolivariana, debemos estar muy atentos, puesto que algunos sectores de esta supuesta “izquierda” adoptarán posiciones de vanguardia, y recibirán amplio centimetraje mediático. Estemos atentos.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Si se prende el peo, con Maduro me resteo!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
*Abogado,Activista por los Der
echos Humanos,Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas ( http://juanmartorano.blogspot. com /https://juanmartorano.wordpress.com). [email protected] . @juanmartorano (Cuenta en Tuiter)