MHUEL , Movimiento hacia un estado laico, del que ya hablé en otra ocasión está llevando a cabo una labor en pro del laicismo digna de elogios. Una acción pacífica y continuada que intenta que la religión quede relegada a su ámbito, el religioso, el privado y que quede fuera de la esfera pública.
MHUEL es una asociación que desarrolla su acción en Aragón, y en Zaragoza fundamentalmente. Allí se encuentra con un alcalde, Belloch, que como todos ustedes saben, presume y se vanagloria de que el pleno del Ayuntamiento lo presida un crucifijo. Lo que yo he llamado ya en alguna ocasión el cristo-móvil, puesto que cada vez que hay pleno lo transporta desde su despacho a la sala, cual procesión por los pasillos del ayuntamiento. El mismo alcalde que se pasea, con el traje oscuro de gala, su banda y su bastón de alcalde, en todos los actos religiosos del lugar, exactamente igual que hacían los regidores franquistas cuando se celebraban estas fiestas hace cincuenta años.
Pues bien, hace unos días tuvo lugar un debate en Aragón Televisión, que es muy explicativo de cómo son los laicos y los católicos, sobre una petición que ha hecho MHUEL para que desde la Basílica del Pilar deje de emitirse al exterior el cántico a la Virgen, el llamado “Bendita y alabada”. Este cántico se escucha tres veces al día en la plaza y sus alrededores.
Naturalmente, mi amigo Antonio Aramayona, coordinador de MHUEL, deja bien claro que no se trata de prohibir nada sino de pretender que los actos religiosos, en este caso el “Bendita y alabada” se celebren dentro de los espacios religiosos y que no invadan espacios públicos.
Ahora les dejo con el vídeo y podrán comprobar la diferencia de talante de Aramayona y de los demás invitados, salvando a los presentadores que tratan de moderar, no siempre con éxito la tertulia. Fíjense atentamente en el extremo derecha de la mesa, una señora llamada Cristina y en el extremo izquierda, un tal Pedro, cuya actitud furibunda y fanática apenas dejar hablar. De extremos se trata, y se nota, aunque los dos deberían estar en la derecha. Por cierto, una televidente que llama invita a Antonio Aramayona a irse de Zaragoza por proponer lo que propone. En fin una joya de la caverna y del fanatismo más puro.
Después de ver esto, nos damos cuenta de la serenidad y de la tranquilidad con que Aramayona aborda el tema, en contraste con otros participantes. Gracias, amigo, por demostrar esa sensatez y ese aguante (yo, probablemente no hubiera podido). Y, desde luego, se puede entender cómo se pone cierto personal casposo con la cuestión de los crucifijos en las escuelas y con otras peticiones laicas razonables.
El lugar que ocupa la Iglesia Católica en nuestro contexto es de un favoritismo total. Quieren seguir invadiéndolo todo, y volver al nacional-catolicismo, su sueño dorado.
Como siempre hay que nombrar a quien con su miedo, más que con sus convicciones, en contra de la aconfesionalidad que la Constitución proclama, subvenciona a esta Iglesia cuya única pretensión es seguir manteniendo a toda costa el poder terrenal, e imponerlo a los demás, por mucho que hablen de la otra vida. Naturalmente me refiero a este gobierno que le subvenciona todas sus parafernalias cavernícolas.
Por cierto, me lo ha recordado mi amiga Montse, no se olviden de esto dentro de poco:
Salud y República