Revista Economía

La economía del sueño da la espalda a la realidad

Publicado el 26 mayo 2010 por Gregorioalonso

La economía del sueño da la espalda a la realidadAlejandro Dumas cita en la novela el Conde de Monte-Cristo: “toda la sabiduría humana se encierra en estas dos palabras: confiar y esperar”.

Cuando el riesgo está medido y sabemos cuál es la situación donde nos encontramos, estas palabras indican el principio de la acción realizada. Cuando vivimos autoengañados, a espaldas de la realidad global, estas palabras tienen otro sentido, marcan la desidia, la indiferencia, frente a una situación que cambia sin saber el modo de atajarla.

Desde hace años, en España venimos disfrutando de un nivel de vida asentado sobre el ahorro exterior. Todo al amparo de bajos tipos de interés que actuaron como anzuelo sin que la entidad reguladora responsable, supiera aminorar. Ahora sufrimos las consecuencias, los particulares con un elevado endeudamiento personal, las entidades financieras con elevada morosidad, otras con problemas de solvencia. Los ayuntamientos endeudados, sin manera de financiarse. Deudas de las que entre todos somos responsables, que debemos pagar, nos guste o no. Pensamos que lo público nos era ajeno, mostrándose, extrañamente, enfrentado a lo privado.

El problema es que debemos pagar el deslucido ahorro exterior, gastado en consumir, ya que no es posible pagarlo mediante un aumento de la productividad. Todo esto nos lleva, forzados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comunidad Europea, a solucionar el problema sin dejar a un lado el mercado laboral.

La economía del sueño marca sus límites y dibuja una nueva realidad. Esta dependerá de cómo sean capaces de comunicar la situación y cómo la alcancemos a entender entre todos. Vista la actitud de muchos medios de comunicación, donde la nota dominante es la ausencia de reflexión, el problema parece de difícil solución. Resulta sencillo buscar un culpable antes que mirarnos el ombligo y entender la tesitura para acotar el problema.

Vivir en comunidad comporta estos inconvenientes, uno la hace y entre todos la pagamos.
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