Al principio de mi vida como mamá, me chocaron muchas cosas y me preguntaba si era muy joven para esta labor, tenía 23 cuando nació mi bebita Ale, y muchas cosas a mi alrededor empezó a cambiar (yo físicamente y hormonalmente ya había cambiado), pero el sentido de mi vida y el propósito de mis acciones ya no eran solamente mías, sino de esa criaturita...
Ahora, luego de tener a mi segundo bebé, me alegra en verdad haber sido mamá joven, porque me hizo madurar, me enseñó a no ser egoísta, a cuidar, a engreír, a tolerar, también en el camino aprendí a rabiar, encolerizar, discutir, pero he tratado de que esas cosas no afecten mi vida personal, creo que el secreto es amarse, amar y paciencia, porque todo lo bueno de la vida llega en algún momento, o quizá ha llegado y no lo sabemos valorar, porque no sentimos, porque no aprovechamos, porque no sabemos escuchar aquellos signos que nos señalan que estamos viviendo una hermosa etapa en nuestras vidas.
Escuchemos aquellas risas, escuchemos el "te amo", el "quiero vivir", el "vamos juntos", el "mami", porque son frases que luchremos por escuchar siempre, y que nos dan sentido y finalidad a nuestras vidas.No hay edad para ser mamá, antes pensaba llegar a los 30 o 35, pero hoy por hoy creo que he hecho una buena inversión de tiempo, no digo que los 30 no sean buena edad o que los 18 no sean los adecuados, digo que si te toca serlo, pues tienes que SABER HACERLO, el camino te enseña, el ser mamá es responsabilidad, sacrificio y quizá algunas lágrimas, porque una mamá de 18 o de 30 pasan por lo mismo, con más o menos dinero o problemas, quizá se sufra por diferentes cosas, pero el hecho de ser mamá es un sentimiento y un choque de emociones que lo pasan todas las mamás del mundo.