Revista Educación

La educación basada en la emoción es posible

Por Belen
Bien sabéis cuánto me preocupa la educación de Rayo. Esto no se trata simplemente de dejarle en el colegio y delegar. Asumir lo que suceda dentro del centro y tragar. La educación parte del hogar, los padres tenemos el papel fundamental, aunque en ocasiones no se quiera asumir. En nuestras manos está su futuro, y en consecuencia el nuestro. Porque a pesar de que pueda sonar a eslogan político: la educación es cosa de todos. 
El conformismo no es un buen aliado, ni es el mejor compañero para nuestros hijos. No se trata de agachar la cabeza y asumir lo que nos den. Se trata de colaborar y trabajar todos a una para que nuestros pequeños puedan disfrutar de una educación rica, amplia y con miras a afrontar un futuro mejor. 
A día de hoy esto no es lo que impera en los colegios. A día de hoy lo que impera es el borreguismo. Pero yo que soy muy terca he decidido poner mi granito de arena para cambiar lo que pueda y para que ese ligero o mínimo cambio afecte a mi hijo. De la misma manera que yo no me resigno a ir por la senda marcada, no quiero inculcarle el borreguismo a mi niño. Yo he podido elegir, y elijo cada día como quiero vivir, como quiero seguir hacia adelante, como vivir mi maternidad, como criar a mi hijo. Un día decidí salirme del camino y buscar otros senderos que me enriquecieran más, y creo que lo he conseguido. Ahora nos toca tomar el sendero de la educación, porque la educación que hoy demos a nuestros hijos configurará el mapa de su personalidad futura, y eso es más importante de lo que a bote pronto podamos pensar.
La educación basada en la emoción es posible
Y como la blogosfera es así de caprichosa, de extensa, de rica y maravillosa, hace unos días me encontré con una grata sorpresa, una invitación por parte del Teatro Tyl Tyl para ver (de nuevo) su fantástica obra Apareció y para después departir e intercambiar opiniones con los creadores de la compañía. El plan me pareció estupendo. La obra es sencillamente estupenda, ya habíamos tenido la oportunidad de verla, y tanto la vez anterior como esta Rayo la disfrutó sobremanera. Y como ya sabía, a pesar de haber bebés de corta edad en la sala, todos y cada uno de ellos disfrutó de los 35 minutos de duración sin rechistar, sin llorar, sin querer moverse de su sitio. Y papá sin complejos y yo de nuevo acabamos la función con el vello de punta. Si no la habéis visto, no perdáis la oportunidad de hacerlo, es maravillosa. 
Después pudimos charlar con Daniel y Puri, creadores de la compañía además de profesores, actores, guionistas y grandes hacedores de un proyecto maravilloso orientado a la infancia, a conseguir educar bajo el manto del arte: música, intepretación, expresión artística y corporal. Todo vale para estimular los sentidos de nuestros pequeños, para valorar su individualidad, para fomentar la creatividad y la sensibilidad. Este fabuloso encuentro lo compartí con otras blogueras: Una mamá encantada, Ser madre: ¡toda una aventura! y Espacio de crianza. Todas intentamos dar nuestro punto de vista al respecto, muy similar y en la misma línea.
La reflexión queda planteada: ¿fomentamos la creatividad y la imaginación de nuestros hijos?, ¿tenemos espacios o centros donde poder hacerlo?, ¿hay profesores preparados para poder guiarlos en este camino?, ¿hay profesores que quieran guiarlos de este modo?
Creo que los centros ordinarios cortan la imaginación y la libertad de nuestros pequeños, pero siempre podemos proponer, participar, objetar.... intentar que en las aulas haya un poquito más de imaginación y menos fichas. Los padres también tenemos mucho que decir: proponer actividades extraescolares, acercar al AMPA las actividades que puedan ser interesantes para nuestros hijos.
La compañía Tyl Tyl tiene grandes propuestas que ofrecernos, podemos aprender mucho de ellos, no solo de sus talleres, obras o creaciones, también de su filosofía, su empeño, su esfuerzo y sus ganas.
La blogosfera sigue creciendo, la educación de nuestros hijos es un objetivo que ya todas tenemos presente y por el que todas debemos trabajar. Sin duda ese será el mejor legado que podamos dejarles, ¿nos os parece?

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