Revista Opinión

La educación pública

Publicado el 25 septiembre 2011 por Jangas

Uno tiene la experiencia de haber estado trabajando en un centro concertado durante cinco cursos y durante seis cursos en seis centros distintos de la pública. Tengo las percepciones de lo que es trabajar en estos dos ámbitos dentro del mundo educativo. Determinadas razones profesionales, personales y políticas me hicieron optar por la Educación Pública, conociendo las ventajas y desventajas de mi elección. Mantengo una buena relación con mis antiguos compañeros de trabajo de la enseñanza concertada quienes compartieron reuniones, claustros y cafés conmigo durante una etapa que pasó y dejó su poso en mí.

También entiendo que uno como trabajador del sector privado no elige donde quiere trabajar sino que es el empresario quien decide a quien contrata. Creo que el discurso entre lo público y lo privado(aunque sea concertado) no va en contra de quienes tienen que vender su fuerza de trabajo para vivir sino de cuál es el modelo de gestión que garantiza unos mejores servicios públicos. La privatización de los servicios públicos busca: conseguir que la clase trabajadora pierda derechos y se enfrente entre sí, abaratar costes y tener más controlados a los trabajadores y las trabajadoras.

Esta disquisición entre la pública y la privada creo que se centra principalmente en esos motivos, además de permitir que la Iglesia, que es la propietaria de la mayoría de los colegios concertados, siga manteniendo un poder que no le correspondería en un estado laico. El factor económico es sencillo de comprobar por la diferencia de carga lectiva semanal entre un profesorado y otro(18- 25), más complejo es conocer la forma en que se reparten las horas de que dispone dirección para organizar el centro concertado (cuando en un público se hace mediante la solicitud y reparto de profesorado). ¿Por qué se opta desde determinados poderes públicos por el sistema privado concertado de enseñanza?

Evidentemente, como todo en política, optar por un determinado modelo significa priorizarlo frente al otro. Uno no entiende que se pueda apostar por la enseñanza pública y a la vez se apueste por la enseñanza privada concertada, como hizo el partido socialista de Madrid. (Enseñanza(concertada) que, como todo el mundo recordará, fue un invento del Gobierno del PSOE de Felipe González.) Otra cosa es que queramos que se acabe con la escuela concertada, cosa por otro lado imposible a corto plazo, ya que escolariza a buena parte de la población y genera gran cantidad de puestos de trabajo. Ese discurso a favor de la destrucción de la Escuela Concertada no beneficia a nadie y enquista determinadas opiniones interesadas en que las cosas sigan como están.

Considero que el primer debate tendría que ser cómo establecemos nuevos condicionamientos a la concertación para que la escuela concertada se convierta en Pública respetando los puestos de trabajo existentes:

  • gestión de personal por parte de los servicios provinciales de la Conserjería de Educación correspondiente
  • elección del Equipo Directivo por parte del claustro de profesores a propuesta de la Inspección Educativa
  • homologación de las condiciones laborales del profesorado de la Escuela Pública y de la Escuela Concertada
  • participación de todo el profesorado en los distintos concursos de traslados
  • oferta de plazas de la Escuela Concertada para el profesorado de la Pública, …

Uno sí entiende la política del Partido Popular de Madrid donde se precariza las condiciones de la educación pública sin modificar las condiciones de la Escuela Concertada ni de la privada, pudiendo hacer recortes en muchos otros ámbitos como nos recuerda Ventanas de Falcón. Es perfectamente compatible con una ideología donde el mercado tiene que ser el que gobierne, también en los servicios públicos esenciales. Quien pueda permitirse pagar la educación que se la pague y quien no que se ponga a trabajar.

El mismo modelo educativo que había hace un par de siglos: las novedades son que hay más gente que defiende esos recortes de servicios públicos esenciales o por lo menos los justifica y más estudiantes pueden acceder a ese tipo de educación al haberse abaratado los costes de la escuela privada concertándola (al asumir las nóminas de los trabajadores y subvencionar los cursos). La realización de recortes de servicios públicos y su justificación se entiende con el concepto gramsciano de hegemonía cultural.

El paso siguiente en el Plan estratégico contra la Educación una vez deteriorada la Escuela Pública hasta la mínima expresión sería eliminar los conciertos educativos.(Liberalizar más el sistema y seguir con los recortes). Es importante que Izquierda Unida se involucre en esta lucha y converjamos con el resto de sectores que defienden la Educación Pública: Agustín Moreno nos aporta algunas ideas en esta entrada. Resumo los puntos del artículo en los cuatro básicos que enumera el profesor Moreno: Firmeza, la movilización tiene que estar a la altura de la agresión, Unidad: unidos se gana o se pierde menos, divididos se pierde siempre, Inteligencia colectiva como factor de enriquecimiento de la lucha, Ausencia de sectarismo y construcción de una dinámica de confianza.


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