Revista Educación
La Educación Social desde la giralda de Sevilla, (D)iálogo, (E)ducación, (P)articipación y (D)emocracia.
Por Samuel Núñez Pestaña @saropa22
Educación, democracia y participación han sonado como notas musicales y se extendieron por todo el auditorio durante los tres días que duró el VII Congreso Estatal de Educación Social celebrado del 21 al 23 de abril en Sevilla. Un conjunto de letras que forman las tres palabras que manifiestan una clara implicación de la ciudadanía en la resolución de sus propias necesidades y hacerlo desde una estructura democrática activa. Cuando en el diálogo inaugural, Elena Aycart, Educadora Social, hace referencia a John Dewey y a su gran obra “Democracia y educación”, no puedo dejar de recordar a este autor y a su obra. John Dewey pone en “democracia y educación” de manifiesto las cuestiones políticas y morales implicadas en los discursos educativos. Defiende una educación con función social, tema que lo desarrolla en su capitulo II. En este capitulo concreta J.D. que el ambiente social consiste en todas las actividades de todos los seres semejantes que intervienen en el desarrollo de las actividades de todos sus miembros. Continúa J.D. y dice que la persona al realizar su participación en la actividad asociada, el individuo se apropia el propósito que la motiva, se familiariza con sus métodos y materiales, adquiere destreza necesaria y se satura de su espíritu emocional. También dentro del Diálogo inaugural, Antonio Manuel Seixas, Doctor en Ciencias de la Educación, pone voz a las nuevas formas de sociabilidad, de movilidad, de relacionarse, de una nueva realidad, de una convivencia de cuatro generaciones, y de devolver la educación a la sociedad. En un momento de su intervención, Antonio, nombra a otro gran pedagogo, Paulo Freire, un pensador en el campo de la educación comprometido con la vida. Si la Educación Social es un proceso en construcción basado en una participación democrática de la comunidad, es compromiso con las personas, los grupos y los colectivos. Si es todo lo señalado anteriormente, es verdad que estamos ante un gran reto que manifiesta una gran responsabilidad hacia el impulso de forzar un pensamiento crítico. Se puede hablar de Educación Social Inclusiva, con lo que nos referimos a dar oportunidades a todas las personas de participar plenamente en todas las actividades de tipo educativo, de empleo, formativas, ocio, culturales, etc, que hacen que la sociedad sea más justa e igualitaria. Desarrollar un conjunto de prácticas no discriminatorias ni excluyentes con el fin de aumentar la participación en los contextos tanto de la educación formal, no formal e informal. Finalizo con esta frase de Antonio Manuel Seixas en este diálogo inaugural: “Pensemos mucho y provoquemos pensamiento”. Samuel N.P.